13 marzo 2008

"THE WICKER MAN" ( Robin Hardy, 1.973)

No sabía que era una película de terror hasta que lo leí por ahí. Cuando la vi me pareció una comedia coral colmada de encantadora ingenuidad, fascinación y misterio hasta los minutos finales; un amable y singular suspense. Por una parte, se sigue una trama finalmente sorprendente e ingeniosa, una suerte de armazón que retiene la atención del espectador. Alrededor de esto se expanden, se quieren mostrar y decir muchas cosas que forman el cuerpo extraño y el cariz mítico de este filme de Robin Hardy. La perspectiva religiosa es la clave de ese lado mágico del filme, aventurando una fe que descansa en creencias primigenias basadas en la naturaleza, de inspiración druida; lo que hace que la cinta tire de bastante aroma hippie y abunde en la percepción del planeta como paraíso perdido. Sensaciones acentuadas por los temas que adornan con generosidad la película, gemas de música tradicional entreverada de estupendas composiciones de folk-pop ribeteadas de psicodelia muy de la época, a cargo de Paul Giovanni, autor de la banda sonora. La confrontación del tradicionalismo británico con esa idea libertaria toma como metáfora a un caricaturesco policía, temeroso de Dios, conservador y virgen, convenientemente exagerado, llevado a una isla perdida de Escocia para investigar la desaparición de una niña. Memorable es su lucha contra el deseo mientras al otro lado de la pared una sensual Britt Ekland interpreta “The Willow´s Song” (canción recreada con toda su candidez por Isobel Campbell en su “Milkwhite Sheets” de 2.006). Se apunta un mundo de ensueño que ridiculiza y deja sin habla al cristianismo pacato, aunque postreramente le conceda un respiro, acaso nimbado de cierta ironía. Añoranza de un mundo feliz, liberado de las ataduras del mundo y desprejuiciado (un deseo aún vivo a la altura de aquel año), cuyo colorido y estimulante erotismo se imponen al halo de conspiración que envuelve la actitud de todo el pueblo y de su señor, lord Summerisle (un estupendo Christopher Lee que termina por ser él mismo), restando impacto y gravedad a su final para dejar en el espectador un revuelo de sensaciones encontradas. Por cierto, hay una revisión reciente con Nicholas Cage de protagonista.

04 marzo 2008

LA FAMILIA CUIDARÁ DE TI

Queridos Psicocamaleones:


Al límite del tiempo, como siempre, vuelvo con otro artículo interactivo; de esos que todos podéis ir completando hasta casi el fin de los días, añadiendo datos hasta aburriros. Lo mejor para disfrutar en familia, vamos.
Sí, es cierto, el mundo de la música está lleno de hermanos. Vamos a comenzar recordando a los que se llevan bien o al menos permanecen juntos, como los Asheton de los Stooges, un millón de años después reunidos con Iggy para reverdecer laureles (sin éxito). O los Vaughan, el menor, Stevie Ray, rutilante guitarrista del blues tejano, falleció en accidente de helicóptero el 27 de agosto de 1.990, creciendo su leyenda desde ese instante hasta el punto de que el 3 de octubre (fecha de su nacimiento) ha sido declarado por el Estado de Tejas como el día de Stevie Ray Vaughan. El mayor, Jimmy, primera influencia de su hermano, fue el guitarrista de los míticos Fabulous Thunderbirds, y continúa su carrera en solitario. Nacho y Xabel Vegas, ambos formaron parte de Manta Ray; cuando el primero inició una de las carreras más brillantes de la música independiente española, el segundo ironizó sobre el hecho en alguna entrevista, ahora sigue concienzudamente sus pasos con Las Uvas de la Ira. Los Colís acompañaron a Javier Corcobado en su proyecto descarnado y ruidista de 1.988, denominado Demonios Tus Ojos, a la vez que ponían en marcha su sugerente proyecto Vamos A Morir. Javier continuó con los esenciales Mil Dolores Pequeños, y sigue en la brecha con Las Malas Lenguas. Nombre éste usado por los hermanos Auserón para su vuelta a los escenarios, tantos años después de Radio Futura.
Los hermanos canadienses Timmins forman Cowboy Junkies, grupo muy especial, aún en activo, que despuntó a final de los ochenta con discos como “The Trinity Sessions” o “The Caution Horses”. Magia ralentizada y oscuridad country guiada por el acariciador roce de la voz de Margo. No os perdáis su “Sweet Jane”.
Otros hermanos, David y Serge Bielanko, núcleo central desde Philadelphia de la para muchos mejor banda de rock americano de los últimos años, Marah, no lo tuvieron fácil en su niñez. Criados por su madre tras el abandono de su padre francés, crecieron muy unidos y con un sólido concepto de la importancia de la familia y del lugar de procedencia de uno.
John Fogerty, alma creativa de Credence Clearwater Revival, compartió aquellos gloriosos años con su hermano mayor, Tom, que se encargaba de la guitarra rítmica, habiendo sido cabeza visible de la banda anterior de los hermanos, The Golligows. Tom terminó por abandonar la formación por negarse a aceptar el liderazgo de su hermano por más tiempo, debutando en solitario en 1.972. Falleció de Tuberculosis en 1.990.
Tras publicar tres elepés, y enfrentados a un callejón sin salida, Los Secretos deciden tirar la toalla. Tres años después, Enrique vuelve con nuevas canciones, optando por reflotar el nombre original en vez de presentarse en solitario, como se le propuso. En la operación, Javier, el tercer hermano en discordia, sale por la puerta trasera.
Los hermanos Reid, The Jesus & Mary Chain. No sé qué pasaría por sus cabezas en feed-back, pero sus diferencias insalvables finiquitaron una de las bandas británicas más influyentes de la segunda mitad de los ochenta, antesala del noise y del indie. William abandonó en plena gira norteamericana tras enfrentarse a su hermano, que estaba como una cuba, en pleno concierto. Las tensiones que mantenían desde hace tiempo estallaron. Como el amor todo lo puede, en 2.007 volvieron. Pero parece que…
Los Robinson de Georgia formaron a mediados de los ochenta The Black Crowes, que recogen, para bien y para mal, la semilla sureña de los Allman Brothers, símbolo de aquel sonido durante los setenta.
Los hermanos Davies de The Kinks (Ray, ex –marido de Chrissie Hynde de Pretenders, y Dave), debutaron en 1.957 en un pub de su humilde barrio londinense. Desde entonces, aparte de convertirse en un grupo capital para la historia de pop, han forjado una historia paralela de desencuentros, inquinas, rivalidades y sonoros enfrentamientos en escena, puestos de actualidad por el siempre resentido Dave en su autobiografía “Kink”. Pero siempre están unidos de alguna manera. En estos momentos esperamos su vuelta a la actividad tras la embolia sufrida por Dave en 2.004. Una actualización de la historia fraternal de los Kinks la protagonizan los hermanos Gallagher de Oasis pero con menos talento y mucha más autocomplacencia y procacidad. Aunque su relación como hermanos sea mucho más civilizada, prefiero a los hermanos McDonald de Redd Kross como relevo de los Davies. No estrictamente por el sonido, sino por la actitud, la expresividad y las intenciones. Tras la primera separación de la banda angelina, formaron un interesante grupo de pop irresistible, Ze Malibu Kids, con la mujer de Steve, Ann Waronker (hija del productor Joey Waronker) y la hija de Jeff, Astrid, que contaba sólo ocho años.
Bob Dylan siempre gustó de rodear su biografía de un halo de misterio. En 1.962 cambió su apellido original, Zimmerman, por el de Dylan, e inventó un pasado familiar extravagante, lejos del verdadero, mucho más convencional. La prensa no tardó en descubrirlo claro, y el bueno de Bob prohibió a los suyos volver a atender a nadie remotamente parecido a un periodista. A finales de 1.974, su hermano David, tan alejado del meollo de su vida, le animó a regrabar los temas que no le convenciesen de “Blood On The Tracks” con músicos locales de Minneapolis, ayudando así a dar el toque definitivo a ese gran álbum. El único hijo de Dylan que siguió los pasos de su padre con decisión fue Jakob, con su grupo The Wallflowers.
El hermano gemelo de Elvis Presley murió en el momento de su nacimiento: hubiese habido dos.
George Young, hijo de inmigrantes escoceses en Australia fundó en 1.964 la banda Easybeats, con la que desarrolló una frenética actividad durante el resto de la década, teniendo en el incontestable “Friday On My Mind” su mayor éxito. Posteriormente, siguió una carrera de compositor y productor junto a su compañero de grupo Harry Vanda, llegando a tener repercusión muchos años después bajo la denominación Flash and The Pan. En los setenta produjo los primeros discos y representó al grupo de sus dos hermanos menores, Angus y Malcolm: AC/DC.
Los hermanos Wilson, encabezados por Brian, formaron el núcleo de los Beach Boys, junto con el primo Mike Love, en 1.961, sufriendo la presión constante y los malos tratos de su padre, Murray, durante años. Un caso similar de padre enfermizo por el éxito de sus vástagos lo protagonizaron los Jackson Five con su desquiciado progenitor, Joseph Jackson, fundador y representante del grupo.
Un rumor extendido decía que los Ramones eran hermanos, e incluso alguien apuntó que descendientes de españoles. Ni lo uno ni lo otro: lo siento, no hemos inventado el punk. Sólo unos tipos de Queens que marcaron un punto de inflexión en la música popular, y que por lo leído sólo fueron amigos el 10% del tiempo que permanecieron juntos.
Chris Jagger, hermano mayor de Mick, ha tenido una carrera errática desde 1.973, casi siempre vinculada al blues y el soul, y ajena a la enormidad de su apellido. Aunque para muchos sea así, no debe recordarnos la historia del hermano cantante de Clinton.

El hijo de John Bonham, Jason, se hizo con la batería de Led Zeppelin. Debutó con ellos en un concierto en el Madison Square Garden de Nueva York, el 14 de Mayo de 1.988, durante la celebración del 40 aniversario de la compañía Atlantic y ahí sigue cada vez que se anuncia una reunión. Y el de Ringo Starr con la de The Who. Para qué buscar más lejos.
Steve Earle (casado con la bellísima cantante Allison Moorer) y Steve Young son referentes de la mejor música norteamericana de raíz, desde el folk al country. Más joven, carismático y controvertido el primero, y más dedicado a la composición para otros el segundo. Sus hijos, Justin Townes (por Van Zandt) Earle y Jubal Lee Young, se entregan respectivamente a la música de raíz más agreste y al country alternativo con ribetes pop. Juntitos estuvieron de gira por España a finales de 2.007.
North Mississippi Allstar, poderosa banda formada en 1.996 que atesora lo mejor del blues y country más eléctrico y se inscribe en la escena jam norteamericana, está formada por dos hijos del gran Jim Dickinson, veterano músico y productor afincado en Memphis; además tuvieron como guitarrista hasta anteayer a Duwayne Burnside hijo del bluesmen R.L. Burnside. Mejores palos imposibles.
No coincide, sin embargo, el estilo atmosférico y contenido del argentino Birabent con el clasicismo rock que hizo famoso a su padre en Argentina y posteriormente España, Moris, el autor de la celebérrima “Sábado en la noche”. Shooter Jennings interpretó a su padre, el temperamental cantante country Waylon Jennings, en el biopic de Johnny Cash “Walk The Line”. Un buen homenaje.
Marvin Gaye, mito de la música soul, no pudo plantearse esa opción, ya que murió tiroteado por su predicador padre en 1.984. Más tragedia, la de los Buckley, el padre, Tim, murió en 1.975 de sobredosis de heroína, cuando su hijo Jeff contaba con nueve años. En 1.997, éste pereció ahogado en el río Wolf, en Memphis. Una desaparición rodeada de misterio a los treinta años, cuando sólo había publicado el imprescindible “Grace”.
Solomon Burke, esa ingente masa de soul, cuenta con veintiún hijos y ochenta y tantos nietos. Con esa prole no podía perder el tiempo. A finales de los sesenta, tras terminar la sesión de grabación de uno de sus éxitos, se dispuso a abandonar el estudio; interpelado por esas prisas, contestó que no podía entretenerse porque a las pocas horas debía conducir un vehículo quitanieves.
Por su parte, Eric Clapton quedó totalmente noqueado y marcado cuando descubrió que sus padres eran realmente sus abuelos y que la que decía ser su hermana era su verdadera madre.

Las niñeras, a pesar de los vídeos que circulan por la tele, a veces son como de la familia. La famosa intérprete de “Do The Locomotion”, Little Eva, tuvo su oportunidad porque cuidaba de los niños de Carole King y Jerry Goffin. La oyeron cantar por los pasillos y de ahí al éxito en 1.962. O Jesca Hoop. Su condición de niñera de los hijos de Tom Waits es lo que le abrió los portones de hierro de la industria. Otra fuerza emergente del nuevo folk norteamericano con su elepé debut de 2007, “Kismet”.

La pareja, esa gran desconocida. Richard and Linda Thompson, venerable pareja del folk británico, formaron dúo y matrimonio entre 1.972 y 1.982. Tras la ruptura total, a Linda se le diagnosticó afonía histérica debida al estrés. Richard Thompson mantiene una versátil y sólida carrera y Linda ha editado recientemente un disco muy interesante, “A Versatile Heart”. Además, Teddy, el hijo de ambos, compone muchos de los temas de su madre, aparte de mantener una carrera en solitario, y la pequeña Camila está a punto de decidirse a grabar.
Algunos se casan con sus coristas, Dylan con Carolyn Dennis en 1.986 para dar la mayor protección a la hija de ambos, nacida cinco meses antes y llamada Desiree Gabrielle Dennis-Dylan, y Bruce Springsteen con la rubia Patty Scialfa.
Fred “Sonic” Smith, guitarrista de MC5 y Patti Smith (apellidos coincidentes), vivieron juntos desde 1.980 hasta la muerte de él en 1.994. Tuvieron dos hijos; el mayor, Jackson Smith, es guitarrista de la banda de Patti.
Los Beatles y las esposas: Yoko Ono ha pasado a la historia como la principal aniquiladora de los de Liverpool. McCartney formó The Wings, grupo de largo recorrido, junto a su mujer Linda en 1.971, aunque ya habían editado ese mismo año a nombre de los dos “Ram”. A Pattie Boyd, mujer de Harrison y después de Eric Clapton, le cabe el honor de haber inspirado temas claves de la música pop como “Layla” o “Something”.
Para el que no lo sepa, Kurt Cobain se casó con Courtney Love.
Blue Mountain, grupo compuesto por el matrimonio formado por Laurie Stirratt y Cary Hudson, es una de las referencias actuales del country alternativo. Y country y misterio destilan las canciones de Low, grupo liderado por la pareja formada por Mimi Parker y Alan Sparhawk, mormones de Duluth (Minnesota).
Mamas and the Papas es probablemente el nombre de grupo más terriblemente familiar. El cuarteto hippie parecía compuesto por dos matrimonios, pero sólo se trataba del formado por los Phillips (Michelle y el gran John). Abba sí eran dos matrimonios, qué empalagoso. Ya están divorciados, claro.
Jon Spencer y Cristina Martínez, su esposa de origen extremeño, han compartido y pertenecido durante más de veinte años a multitud de bandas clave de rock and roll terminal y blues primitivo en Nueva York (The Honeymoon Killers, Pussy Galore, Boss Hog o la Blues Explosion). Los vi en un Espárrago, como Boss Hog, y allí estaba Jon, sabiendo colocarse con su guitarra en un segundo plano tras su despampanante esposa. Y es que los sonidos primitivos unen más de lo que parece, así el caso de las oscuras almas matrimoniadas de los Cramps (Lux Interior y Poison Ivy) o Royal Trux (Neil Hagerty y Jennifer Herrema, que a la sazón producen algunos discos bajo el seudónimo Adam & Eve); o lo sónico, cuyas turbulentas ondas envuelven desde hace años (qué cursi ha quedado) a Ira y Georgia de Yo La Tengo, y a Thurston y Kim de Sonic Youth.
El guitarrista y cantante gospel de Chicago Pops Staples formó un conjunto soul-gospel a partir de la segunda mitad de los sesenta con sus hijas Celota y Mavis (ésta destacó y destaca como solista, con un último álbum producido por Ry Cooder), y su hijo Pervis: The Staple Singers. Vivieron su época dorada en el sello Stax, durante los últimos sesenta y los primeros setenta. The Carter Family, un trío formado por un matrimonio más cuñada en 1.927, es considerado uno de los padres fundadores de la música country. La formación original pervivió hasta 1.943 (a pesar de que Alvin y Sara Carter se divorciaron en 1.936), convirtiéndose después en The Carter Sisters & Maybelle Mother, o sea, la cuñada y sus tres hijas. Entre ellas estaba June, que en 1.968 contrajo matrimonio con Johnny Cash, tras acompañarle durante años en sus giras, reconduciendo así su vida. Por parte de Johnny, dos de los cuatro hijos provenientes de su primer matrimonio también siguieron la senda musical: Ray Liberto Jr y Rosanne Cash, ésta sí convertida en celebridad country. En lo que respecta a June, destaca su hija Carlene Carter, fruto de su matrimonio con Carl Smith.
Bob Marley (hijo del militar de Liverpool Norval Marley) contrajo matrimonio con Rita Anderson en 1.966. Aparte de los hijos que tuvo con ella (el más popular como músico es Ziggy), tuvo a bien dejar un rosario de pequeños Marley con otras tantas madres. Por ello, Ziggy colabora gozosamente con muchos de sus hermanos de padre, destacando musicalmente Stephen o Damian, aunque no son los únicos que se dedican a al reggae. Rita, aparte de controlar el legado de Bob y relatar que sólo tenía dos calzoncillos en su polémico libro “No Woman, No Cry”, también graba discos y actúa. Una recomendación postrera, su colaboración con Nacho Scola y Gregorio Paniagua en el disco “Spectacles for Tribuffalos”. Toda una exquisita rareza.



Publicado en el portal de humor gráfico "Irreverendos" en febrero de 2.008.

03 marzo 2008

“NO COUNTRY FOR OLD MEN” (“No Es País Para Viejos”, Joel and Ethan Cohen, 2.007)

Acabo de llegar del cine y llevo un rato dándole vueltas a la película. Me ha encantado, apunto antes de nada. No es de esas que te lanzan contra el teclado deseoso de transmitir algo que bulle dentro, desde luego. Su efecto es lento pero irreductible, reposado, casi paladeable. Se trata de un juego de contención, de un filme con acción, pero una acción fatigosa, desesperada, anhelante. Silencios, miradas pausadas de cámara, lejanías, polvo y moteles; la lentitud y la inmensidad del desierto se trasladan a la imagen, así como la pavorosa seguridad con que avanza lo inexorable; el sosiego y la frialdad con que la violencia se desarrolla y la muerte se produce. La peripecia, como en cualquier gran historia es sólo un decorado, una excusa que centra su interés en elementos clásicos (una persecución, un dinero robado), ofrecida con pulso firme y suficiencia. Sin un plano sobrante, sin el más mínimo síntoma de gratuidad o desfallecimiento. Es una historia descorazonadora de fe perdida, de desesperanza tomada con resignación y una ironía a veces chocante, levemente cortante. Diálogos compuestos por frases lapidarias, por un humor oscurecido por el polvo y las carreteras. McCarthy reflexiona en su literatura sobre el género humano, muestra lo que ve en él, sin artificios, ni paños calientes; sin divagar, como una punzada. La realidad como crudeza inmediata. 1.980, un asesino a sueldo que deviene psicópata, impasible, intuitivo a la vez que metódico, que se mueve como la prosa de su creador, con los movimientos justos, medidos, con efectividad y claridad de ideas. Anton Chigurh (Javier Bardem), sólo cree en una urdimbre de justicia del destino desarrollada en su mente ida a algún lugar remoto, con el botón de muestra del azar de monedas lanzadas al aire para decidir entre la vida y la muerte. Una especie de Dios despiadado con los humanos, inconmovible y armado.
Ed Tom Bell (Tommy Lee Jones), el sheriff, escudriña desde la vejez acechante y el desánimo creciente, su propia fragilidad y la de los cimientos de su mundo, la inutilidad de su entrega, la cercanía de la nada: “Creí que en mi vejez Dios se me aparecería de algún modo, pero no ha sido así”. El mal late con su corazón poderoso, infatigable, indomable, filtrándose por doquier. Un sombrío paisaje contra el que poco parece poder hacerse. En donde la humanidad sólo se manifiesta en destellos de amor, fidelidad a la amistad, o la capacidad de un hombre para arriesgarlo todo por llevar agua a un moribundo, haciendo caso a su conciencia. Algo que sólo un ser humano puede hacer.