27 abril 2012

BLANDO

“Ya te dije que no sabrían mantenerlo ni transmitir su valor ni invertir con cordura ni controlar los gastos. Que acabarían intercambiándose virulentos reproches, pero que al final la cosa maduraría, se iría reblandeciendo”. Antes de conciliar el sueño recordó estas palabras celestiales de uno de sus socios en el conglomerado de empresas sanitarias que presidía. Finalmente se durmió, acurrucándose en las sensaciones que aquéllas le producían. A los pocos minutos se vio caminando por la calle como en uno de sus anuncios, la gente asentía a su paso con una lágrima de emoción en la mirada, reconociendo en su figura al poseedor de las herramientas precisas, alguien capaz de gestionar, dinamizar, racionalizar y optimizar. La calle era mullida, el sol líquido; y las caras que lo saludaban eran blandas, dejaban traslucir un pensamiento que mugía suavecito y resignado. Todo daba la impresión de poder abrirse en cualquier momento. Subió por las escaleras de un hospital público gestionado ya por su grupo y constató que todo era blando también: los enfermos flotaban, pesaban como plumas y se recuperaban en el aire de los pasillos; las paredes se ensanchaban sin esfuerzo empujándolas un poco, dejando espacio para nuevos pacientes; los suelos bajaban para que cupieran nuevas plantas, las camas se estrechaban con facilidad, y los médicos se hacían tan altos que observaban tres habitaciones al mismo tiempo sin dejar de sonreír.


Publicado en el nº121 de la revista de humor on line "El Estafador", dedicado a los hospitales.

21 abril 2012

HORÓSCOPO

No paraba de atender teléfonos ni de recibir mensajes y correos. Consultó su reloj, suspiró y un silbido se escapó de entre sus labios. Paseó por la habitación y se acercó al espejo a hurtadillas, haciéndole muecas por sorpresa; después se colocó un puro en la boca y trató de caminar, venciendo su óxido, como Groucho Marx. Se alisó el traje y carraspeó. De pronto el cielo se nubló, ocultando ese sol radiante que algo le animaba. El presentimiento regresó definitivo y punzante. Se deshizo el nudo de la corbata y encendió su habano. Conocía el camino a seguir, el método, por fin había comprendido el mensaje. Dispuso su chaqueta cuidadosamente sobre el respaldo de la silla, se remangó, y cerró la puerta por dentro. Desconectó los teléfonos, apagó los móviles y respiró profundamente. A partir de ahí tiró dados siseando como un loco, jugó solitarios, lanzó monedas al aire; llamó a dos programas de videncia presionándose la nariz y tapando el auricular con la bandera; rezó brevemente para que no se rompiera el espejo; leyó su horóscopo en decenas de medios a través de internet y, no convencido del todo, el de todos y cada uno de sus ministros. Sumó y restó predicciones halagüeñas, advertencias, adivinaciones y malos augurios. Finalmente, tomó su pluma y firmó Los Presupuestos.


Publicado en el nº120 de la revista de humor on line "El Estafador", dedicado a los horóscopos.

13 abril 2012

EL LIBRO

Me ha venido a la cabeza un grueso y desvencijado libro llamado “Ciencia-Ficción” que anduvo por casa durante mi niñez para poco después desaparecer sin dejar rastro. En él se nos relataba el futuro, pero resultaba extraño: la cubierta era llamativa, pero en su interior predominaban los tonos grises. No hablaba de guerras pero aparecían muertos, fuego y casas destrozadas. Salían médicos, espaciosos laboratorios y microscopios, pero no decía nada de curaciones definitivas. Los coches aparcaban solos mientras los conductores les increpaban con rostros desencajados. La palabra “Internet” predominaba, pero no se distanciaba mucho de “necesidad”; y los robots y los niños, apartados del mundo, se citaban a través de pequeños ordenadores. Los edificios nacían refulgentes conforme el suelo se resquebrajaba viejo y sediento. El globo terráqueo aparecía rodeado de satélites que se vigilaban entre sí y los millonarios subían a naves espaciales en camiseta y con el pulgar levantado. Salía un hombre parcialmente invisible y se multiplicaban por doquier imágenes de pantallas de TV con sonrisas de mirada aviesa. La información se podía guardar en una pequeña cápsula, y en la palma de una mano cabía un teléfono que hacía fotos y te conectaba con todos los pasados y todos los presentes. Curiosamente, cuando lo comenté en casa nadie lo recordaba.


Publicado en el nº119 de la revista de humor on line "El Estafador", dedicado a la ciencia ficción.

04 abril 2012

LA PINTADA

La huelga general era crucial, insistieron en la reunión del sindicato a la que no acudí por ayudar a mi antiguo patrón a repasar unas cosas. Un trabajillo de una tarde para empujar la prestación con unos billetes y no desconectarme, claro, por si cae algo. Qué fastidio perdérmela, cuando llegué a la sede todos andaban en ebullición, contaban chistes sobre Arenas y la reforma laboral mezclados con casos de despidos que me revolvían el estómago. Ayudé, como siempre, a cargar las pancartas, repartir insignias y pegatinas, gorras y pañuelos. Arriba y abajo. El maletero de mi coche a rebosar. Después vino la manifestación, qué pasada. Todo cerrado. No creo lo que dicen los del gobierno sobre los piquetes. Yo no participé, ojo, pero porque a mi mujer le da miedo, vaya que me pase algo. Es una miedosa, como aquella vez que le dije que íbamos a hacer huelga de brazos caídos.

La cosa no ha ido mal del todo, ha pasado menos de un mes y ya estoy trabajando, la inversión pública en empleo que reclamábamos el 29-M ha dado sus frutos. Ahora me dirijo a limpiar las pintadas que quedaron tras la huelga. Lamentaré tener que borrar algunas muy chulas que hicimos, porque la primera fachada que me toca es la de la tienda de compraventa de oro de la calle principal.


Publicado en el nº118 de la revista de humor on line "El Estafador", dedicado a la huelga general.

02 abril 2012

¿Cómo hacerlo?

¿Cómo, teniendo en cuenta el limitado tiempo de que disponemos, extraer alguna verdad limpia  de entre la maraña de medias verdades, datos manipulados y desvíos de atención interesados, con que cada día nos ahogan los medios de comunicación?