04 abril 2012

LA PINTADA

La huelga general era crucial, insistieron en la reunión del sindicato a la que no acudí por ayudar a mi antiguo patrón a repasar unas cosas. Un trabajillo de una tarde para empujar la prestación con unos billetes y no desconectarme, claro, por si cae algo. Qué fastidio perdérmela, cuando llegué a la sede todos andaban en ebullición, contaban chistes sobre Arenas y la reforma laboral mezclados con casos de despidos que me revolvían el estómago. Ayudé, como siempre, a cargar las pancartas, repartir insignias y pegatinas, gorras y pañuelos. Arriba y abajo. El maletero de mi coche a rebosar. Después vino la manifestación, qué pasada. Todo cerrado. No creo lo que dicen los del gobierno sobre los piquetes. Yo no participé, ojo, pero porque a mi mujer le da miedo, vaya que me pase algo. Es una miedosa, como aquella vez que le dije que íbamos a hacer huelga de brazos caídos.

La cosa no ha ido mal del todo, ha pasado menos de un mes y ya estoy trabajando, la inversión pública en empleo que reclamábamos el 29-M ha dado sus frutos. Ahora me dirijo a limpiar las pintadas que quedaron tras la huelga. Lamentaré tener que borrar algunas muy chulas que hicimos, porque la primera fachada que me toca es la de la tienda de compraventa de oro de la calle principal.


Publicado en el nº118 de la revista de humor on line "El Estafador", dedicado a la huelga general.

No hay comentarios :