31 julio 2010

MENSAJE EN UNA BOTELLA (5)

PATRICIA HIGHSMITH “Ese dulce mal” (1.960).

Una lenta y minuciosa preparación, una imperceptible aclimatación, un hábil asentamiento de bases del que no somos plenamente conscientes, y ya estás dentro: el impecable tiralíneas acota el escenario (esa leve y creciente desazón). Luego el punto de inflexión, y el desnivel se va acentuando progresivamente, magistralmente. Se lanza la cotidianidad por un tobogán absolutamente perturbador que atenaza en el más puro y excitante suspense, gracias a su cuidada verosimilitud, a la sorpresa constante que nos produce la normalidad con que suceden las cosas, la lógica de cada pequeño mecanismo. Irse hundiendo viajando en una barcaza de vaivenes emocionales, ir avanzando por un túnel cada vez más asfixiante y oscuro, más profundo, hasta… Fina ironía, punzante sarcasmo, aguda observación, comparaciones sublimes, definitivas y suficientes descripciones. Personajes que van mutando en inquietantes piezas. Lirismo seco.

22 julio 2010

Tierra de nadie

Al atravesar la puerta decidió volverse, diciendo que aún le dolía muchísimo la cabeza. Pero entre las sílabas "be" y “za", se produjo un inconmensurable portazo.

20 julio 2010

MENSAJE EN UNA BOTELLA (4)

VARIOS “We Are Only Riders – The Jeffrey Lee Pierce Sessions Project” (Glitterhouse, 2.010)

The Gun Club, la banda que lideró Jeffrey, exudaba energía, a veces un calambre incontrolable, desarrollando un sentido del blues tan profundo como delirante, absolutamente excitante. Desaparecido en 1.996, ahora, descubiertas unas cintas con temas en los que estaba trabajando, un escogido puñado de amigos y almas gemelas recrean esos cortes junto a temas previos a TGC y otras reconstrucciones que parten de letras y bosquejos. El resultado es excepcional, dueño de una febril armonía; tira hacia el country en un ejercicio hipnótico y fantasmal de delicadeza y ansiedad.

18 julio 2010

Estación de servicio.

En la parte de atrás de la estación de servicio, mientras los padres duermen en el coche, los niños, mostrando levemente sus lenguas por entre una sonrisa pícara, rompen botellines vacíos de cerveza: uno contra otro, otro, otro.... Ese ruido marca casi con exactitud el paso del tiempo bajo el sol de julio.

14 julio 2010

TEMA DEL MES

RICHARD HELL AND THE VOIDOIDS “Blank Generation” (1.977).

La primera vez que la escuché fue de casualidad en la radio, era muy pequeño; me impactó, pero no conseguí quedarme con el nombre del grupo. Pasados algunos años, y ya metido en la vorágine del aficionado, cayó en mis manos ese primer elepé de Richard Hell & The Voidoids, llamado como el tema que nos ocupa. Su mejor canción de largo, un tema que ya pertenecía al repertorio de Television cuando Hell estaba en la banda, y que posteriormente los SexPistols reconvirtieron en "Pretty Vacant". Un golpe de inspiración desde el riff inicial, el punteo que acuchilla, el tempo, la geometría quebradiza y rompiente de la guitarra del gran Robert Quine; los coros en ese inesperado final, la letra, la convicción interpretativa, rara en Hell. Es de esas canciones que te embargan para siempre.

08 julio 2010

ÁLEX ROMERO & LÓPEZ RUBIÑO “La canción de los gusanos” (Norma Editorial, 2.010). Guión Álex Romero, dibujo López Rubiño.

Se trata de un tebeo cuya peripecia se sitúa en la Primera Guerra Mundial, pero su análisis, como en toda obra que se precie, es extrapolable, no sólo a cualquier conflicto armado, sino a toda situación límite en la que los valores y debilidades del ser humano entren en colisión. El dibujo cuida lo espectral, transmitiendo una insondable sensación de vacío tanto en las caras, gestos o miradas, como en los objetos, paisajes y “telones de fondo”, subrayada por motas de belleza. Pone de relieve lo tétrico; el inerte y azaroso espacio entre la vida y la muerte; el reseco ruido de los pasos con una caminar gris pesado; una apremiante sensación de estupor; la desolación del campo de batalla tras la refriega, convertido en el desdibujado contorno de la miseria, la sangre seca y el polvo sin fin; continuo y rutinario deambular de burlones y ligeros espíritus desmembrados por la guerra y las ratas. El tiempo parece quedar detenido entre episodios escalofriantes y frases lapidarias, delirio, cinismo e ironía. Los autores consiguen trasladarnos el olor de la muerte allí donde la vida trastabilla ante el peso e influencia de aquélla, desarrollando una asombrosa historia (que me niego a denominar fantástica de tan palpable como es) de desesperanza, crueldad, hipocresía, ilusiones rotas y predestinación; y ofreciendo una reflexión muy personal y pausada acerca del gran absurdo que se cierne sobre la vida y el destino de las personas en cualquier caprichoso momento, tras cualquier caprichoso desencuentro de esos poderes que perpetuamente nos superan y someten. Casi podemos alcanzar a ver el incesante batir de la puerta que separa a los vivos de los muertos. Viñeta a viñeta, en un inquietante suceder, el ser humano saca a pasear, violento, cruel e insensible, lo peor de sí sin embarazo. Aterroriza la constatación de que, liberado de convenciones morales en un momento determinado, oculto tras la aniquilación de las reglas básicas, el hombre se inclina por liarse a dentelladas y encuentra su mayor placer en la imposición bruta. Hay que leerlo.

06 julio 2010

MENSAJE EN UNA BOTELLA (3)

CLEM SNIDE “The meat of life” (Houston Party, 2.010)

El séptimo álbum de la banda de Eef Barzelay, primero grabado desde su reunión al cabo de tres años, supone un regreso de auténtico lujo. Consistentes y a menudo vibrantes canciones, de estribillos memorables, y ajustados arreglos de cuerda y viento; utilizados con el mismo buen gusto que el piano y el órgano, para dotar a los temas de puntuales y frondosos apoyos. Pop inspirado y emocionante, cadencias acústicas y excitación eléctrica; reminiscencias folk y country, detalles soul, y reflejos de Neil Young, o de los Teenage Fanclub más animosos en “BFF”.

01 julio 2010

PLÁSTICO AZUL

Esta mañana he tenido el placer de ver a solas la exposición sobre José Val Del Omar en el centro de arte José Guerrero de Granada: alucinante. Después de emerger al ruido de la ciudad por algún sitio que no recuerdo fui a comprar algo al Hipercor. Al ir a pagar, el cajero trató de venderme inopinadamente un solitario paquete de arroz abandonado por otro cliente, “son sólo setenta y cinco céntimos”. Pero ¿qué le pasa al capitalismo, que ya te coge del brazo para venderte cualquier cosa? Al atardecer, estuve corriendo unas vueltas por los Paseos Universitarios mientras un punk, sentado en un banco, se demoraba en acicalarse su anaranjada cresta ante un pequeño espejo bordeado de plástico azul.