14 noviembre 2010

EL DÍA QUE LA CONOCÍ

El día que la conocí venía volando
Iba, venía;
Se paraba y sonreía
Para luego soltar una risotada ante alguna ocurrencia mía
Nadaba por el aire sin perder el brillo de los ojos
Planeaba, aventuraba, imaginaba,
Se asomaba a una ventana,
Hablaba, hablaba, hablaba,
Inventaba, interrumpía, hilaba, rompía.
Llamaba mi atención,
Y escuchaba impaciente mientras en su rostro se armaba el gesto de una respuesta.
Abría la boca
Entornaba los ojos
Se ponía sería
Prorrumpía en carcajadas
Gesticulaba y resonaban dos mil pulseras.
Brillaba tanto que quedé convertido en estatua mirándola
Pero nunca, nunca, volví a vivir tan intensamente como ese día.