26 diciembre 2010

CONVOCATORIA

Un breve escenario rectangular, una mesa desnuda, un micrófono, asientos vacíos delante, ordenados con pulcritud. Nada de publicidad detrás, sólo una pared blanca impoluta a la que apunta un foco. Una persona carraspea al vacío con las manos entrecruzadas. Junto a la puerta, el responsable de cerrar la sala aguanta las ganas de fumar y mira su reloj ya sin disimulo. Pasados los minutos, la persona se levanta y se va en silencio, aún sonriente, agradeciendo al empleado su comprensión y paciencia, éste asiente suspirando una sonrisa: era feliz y había decidido convocar una rueda de prensa para gritarlo al mundo.