22 octubre 2019

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Trescientos soldados aferrados a sus armas cruzaron lentamente sus miradas después de observar absortos y callados los cadáveres despanzurrados. Entre un intenso e indefinible olor, un único pensamiento arrullador brotó como una flor de todo aquel silencio: aquello no debería volver a suceder, pero ninguno era culpable de nada.