24 febrero 2011

DEAN WAREHAM + RINGO DEATHSTARR (TEATRO ISIDORO MÁIQUEZ DE GRANADA, 23-02-2011).

Después de perderme toda la actuación del grupo telonero, tenía verdadera curiosidad por ver a un ya veterano y curtido en mil batallas Dean Wareham recrear el sonido de sus inicios, en el seminal trío Galaxie 500. Un sonido cuyo encanto tenía mucho de intuición e imperfección. Aún con la sensación de ver a Luna tocando temas de Galaxie 500, Wareham y Britta Philips, acompañados del baterista Jason Lawrence y una ocasional segunda guitarra, recrearon el espíritu de aquella formación con bastante fidelidad. Consiguieron crear el clima sonoro propicio, resucitar aquel eco, que era de lo que se trataba. Atraer al oyente y trasladarlo a aquellos discos, aquellas sensaciones; siempre más crujientes en directo, pero igual de emotivas y enigmáticas. Sonido básico, esencial, acuchillado, vaporoso. Una eterna letanía velvetiana, con su misma corriente subterránea de excelsitud y oscuridad blues que anoche en Granada demostró su absoluta vigencia. Un suave in crescendo desde las iniciales “Flowers” y “Temperature´s Rising” (pertenecientes al primer álbum del grupo, “Today”, favorito de Wareham), pasando por “Blue Thunder”, “Fourth of July”, una maravillosa “Snowstorm”, la tormentosa y envolvente “Don´t let our youth go to waste” (creación de la banda partiendo del breve y homónimo tema a capela de The Modern Lovers de 1.972), la primigenia “Tugboat” o las revisiones del “Ceremony” de Joy Division y el “Listen, the snow is falling” de Yoko Ono (aquel capricho de Naomi Yang que grabaron en “This is our music”), con Britta reconvertida en Nico. Sonido amortiguado de un batería que sabe ralentizar, enriquecer y apuntalar a la vez, convirtiéndose en pieza clave de ese engranaje crepuscular. Britta, esencial y ondulante al bajo y Wareham desentrañando con placidez paisajes con su guitarra mientras se dejaba llevar por el escenario. Una feliz sucesión de todas esas composiciones cristalinas que parece que van a ser “Femme Fatale” pero después se bifurcan en múltiples direcciones, complementándose las unas a las otras.

18 febrero 2011

CREPÚSCULO

Lo vi acercarse por la acera, recortando el crepúsculo. Su andar era cansado, vacilante, más bien arrastraba los pies. El gesto duro, a la par que ausente; un punto irónico y distante, podríamos añadir. Aunque aún joven, aparentaba todos los años del mundo. Los hombros hundidos. Barba de algunos días. Daba la impresión de haber pasado muchos meses solo, aislado en una plataforma petrolífera o en un lugar del Polo, cumpliendo una de esas misiones que exigen dedicación, soledad y paciencia. Llevaba una gastada bolsa de cuero en una mano y un cigarrillo en la otra. Probablemente era hombre de pocos enseres y amigos, sin raíces, extranjero en cualquier lugar. Renuente a la comunicación, adelgazadas sus necesidades y expectativas a lo esencial; endurecido por las condiciones climatológicas severas y las cicatrices de una vida llena de altibajos y decepciones. Se acercó y me dijo:

“Hola, soy el fontanero, dónde está la avería”.

16 febrero 2011

"El puente..

"El puente que ve pasar el río sabe lo que es la eternidad" (José Ignacio Lapido, de su canción "Cansado").

08 febrero 2011

POLVO

Sí, es verdad, los versos se tallan,
Y, de tanto tallarlos,
Cae sobre mis manos un polvo
Del que surgen nuevas ideas sobre ti.

06 febrero 2011

ESE DÍA

El día que no supe nada que escribirte hizo frío
Ese día,
Transcurrí por las calles como una hoja seca
Subí a dos autobuses urbanos
Fume decenas de cigarrillos

El día que traté de no pensarte
Ese día,
Pensé en agujeros negros
En cacerolas despidiendo olor a derrota
En tensos tendederos
En calles intransitables
En pocas oportunidades de empleo

El día que decidí no contestar cuando me llamaste al móvil
Ese día,
Mi vaho era gélido
Mis manos no cabían en ningún bolsillo
Había reptiles a la vuelta de las esquinas
Y la vida estaba ronca, muy ronca.