El día que no supe nada que escribirte hizo frío
Ese día,
Transcurrí por las calles como una hoja seca
Subí a dos autobuses urbanos
Fume decenas de cigarrillos
El día que traté de no pensarte
Ese día,
Pensé en agujeros negros
En cacerolas despidiendo olor a derrota
En tensos tendederos
En calles intransitables
En pocas oportunidades de empleo
El día que decidí no contestar cuando me llamaste al móvil
Ese día,
Mi vaho era gélido
Mis manos no cabían en ningún bolsillo
Había reptiles a la vuelta de las esquinas
Y la vida estaba ronca, muy ronca.