30 diciembre 2018

LA METEORÓLOGA


La meteoróloga anunció que esa semana nevaría en mi corazón. Me dejó helado, pero segundos después cambió repentinamente el tono para vender algo de una agencia de viajes y me reconfortó.


20 diciembre 2018

SILENCIO


Silencio (séptima acepción):
m. Pausa de días enteros producida cuando todo el mundo, a la hora de opinar, reflexiona y busca argumentos basados en su conocimiento y experiencia.

15 noviembre 2018

MENSAJE EN UNA BOTELLA (57)


DR. DIVAGO “Complejo Alquería Frailes 13” (Bonavena, 2018)

Siento envidia de ti, descreído lector que puede que conozcas poco o nada de Dr. Divago. Me gustaría volver a tener la oportunidad, que a ti se te presenta, de descubrir la ya larga trayectoria de la banda valenciana partiendo de este álbum. Si eres amante del  power-pop, la new wave o el pop de los sesenta, todo impecablemente interpretado en castellano por alguien con cosas que decir, no se me ocurre ningún grupo español que cumpla tus expectativas mejor que este. Así de simple.

“Complejo Alquería Frailes 13” significa para mí lo mismo que, en mayor o menor medida, todos sus discos anteriores: el reencuentro con una expresión muy personal desarrollada dentro de los cánones del pop más exquisito y enérgico, siempre en continuo crecimiento. Una banda, capitaneada desde siempre por Manolo Bertrán,  que sigue su propio camino y va pisando terrenos nuevos con paso prudente y seguro, absolutamente ajena a coyunturas y modas. Un espacio creativo que hace mucho desembocó en un universo propio y cada vez muestra un dominio mayor de sus posibilidades sonoras.



Un grupo, en definitiva, acostumbrado a revestir e iluminar con la necesaria lucidez textos muy por encima de la media, escritos con un gran dominio del idioma y cantados por una de las mejores y más personales voces de nuestro pop. Aquí regresan las guitarras punzantes, los estribillos certeros y la inmediatez sin fisuras; el chispazo punk o los suspiros psicodélicos de una formación que puede resultar tan angulosa como vaporosa. Incorporan al cable tenso de su repertorio la balada soul con eficacia (“Al cuarto día”), resultan exultantes en “Los pies en la tierra” con el reseñable subrayado de la trompa de Vanessa Juan y entretejen retazos de sonido fronterizo y swing en “Engáñame”. Desplegando madurez y recursos, juegan a su antojo con los silencios y el tempo, así ocurre con el subsuelo blues que recorre “El humor”, en la peculiar e hipnótica “El viaje largo” y su inesperada erupción setentera, o en “El tercer hombre en el ring”, magnífica evocación ambientada entre texturas y efectos de guitarras y armónica.

Amigo lector, estás ante un festín, no deberías desaprovecharlo.

12 noviembre 2018

MENSAJE EN UNA BOTELLA (56)


ILEGALES “Rebelión” (La casa del misterio, 2018)


El último disco de Ilegales parece uno de esos conciertos a los que llegas tarde y te golpea directamente en la cara; y no es algo que me sorprenda, desde luego. Los Ilegales más reconocibles y auténticos se encuentran aquí, emitiendo un sonido sin ambages que se refleja en el largo espejo de su historia. Suenan libres y pendencieros, concentrados, urgentes, plenos de vitalidad; con ganas de dar guerra y con el orden y la precisión de siempre: Jorge Martínez siempre sabe a qué quiere sonar, y lo suele conseguir.



El punki exigente con su sonido que sabía tocar y limaba sus composiciones hasta que todo cuadraba en su cabeza calva, echa la puerta de este elepé abajo apelando a los riffs más eficientes del punk en “Si no luchas te matas” y “Mi amigo Omar”. En este zarpazo resuelto en menos de media hora, la música repta insidiosa sin dar tregua y es igual de incisiva que los textos: no sobran ni notas ni palabras. Jorge apuesta por la inmediatez y el esquematismo que son consustanciales a su concepto del rock, se queda con lo esencial, poda las composiciones hasta que constituyen el golpe directo, ese mensaje telegrafiado envuelto en una electricidad que te quema a la vez que se te escapa de las manos.  Pero esto no es óbice para introducir interesantes arreglos y dejar momentos expansivos entre el calambre de cortes como “No tanta, tonto”  u “Horóscopo”. “Tatuaje invisible” consigue que los Ilegales de siempre te recorran la espalda. Esos que se van sin despedirse después de serpentear sincopados y afilados por tu piel. Ahí está también “Mi copa y yo”, un tango llevado en volandas por el órgano a través de los sesenta, al que se le niega todo sosiego para lamentarse, constantemente asaeteado como está de tensión y electrocución. Por su parte, la colección psychobilly del Jorge más rocker crece y se reproduce en las neuronas del oyente con la advertencia de “Andad de día”. Por último, “El bosque fragante y sombrío” remite a ese Jorge Martínez que resulta luminoso mientras atraviesa la neblina. Al amigo de demorarse moldeando la evocación, con esa querencia por reflexionar entre detalles melódicos inasibles, empeñado en trabajar el sonido con sutilidad, sin recargarlo, insistiendo en el ajustado relieve que realza e incorpora esas cuerdas que hacen que este disco termine en un nivel muy alto.

EJERCICIO DE NEGACIÓN

No todo es relativo. No todas las cosas, bien explicadas, se ven de otra manera.

07 noviembre 2018

01 noviembre 2018

30 octubre 2018

MENSAJE EN UNA BOTELLA (55)


VVAA “PUÑALADA” (Sociedad Fonográfica Subterránea, 2018)

Un recopilatorio en directo de bandas noveles, si se hace bien, como es el caso, suele dar mucho de sí. Sirve para tomar el pulso a una escena musical en un momento determinado; o para conocer de verdad lo que se cuece en la ciudad desde el underground, cuya temperatura siempre aporta una información mucho más fidedigna que los risueños canales oficiales. Y, por supuesto, son documentos que en el futuro mostrarán, sin trampa ni cartón, las claves de cualquier grupo en sus comienzos, su latido inicial. 

“Puñalada”, el acertado título del recopilatorio que nos ocupa, me trae a la memoria cuando Danny Fields le puso una maqueta de  Los Ramones por primera vez a Lou Reed, en 1975. Lou estaba alucinado por lo que estaba escuchando, y no dudaba en afirmar que eran mejores que él mismo y Patti Smith. Danny, que le hablaba entusiasmado de las características de la banda afirmó que “dan justo donde duele”. Y eso es lo que ocurre en este certero vinilo que recoge, a razón de dos temas por cabeza, las grabaciones en vivo realizadas en la sala Planta Baja de Granada por seis grupos que, cada uno desde su puesto de francotirador, comparten afinidad por el rock de garaje y el punk. Seis miradas distintas entre sí, directas, sin ambages, que convergen en la inmediatez y la urgencia; disfrutando a la vez de un gran sonido, gracias a la grabación, mezcla y masterización de Pedro Izquierdo



PROFANS apuestan por la contundencia y la solidez high-energy de cariz australiano. Más preocupados que los otros por cuidar el tempo y los matices, ofrecen un tema propio y una versión del “I can´t stand it” de The Velvet Underground. PERRO MOJADO, la autodenominada “solución al histórico problema granadino con el punk’n’roll”, dan fe de ello e incorporan a su plan redentor la frescura arrolladora de URALITA Y LOS FIBROESQUELETOS. La guitarra de Antonio “El Deshollinador” (tan presente en Los Harakiri), demuestra su amplio bagaje aullando y serpenteando en ambas formaciones. LOS HARAKIRI, por su parte, dan una prueba más de todo lo que pueden llegar a ofrecer y de la solvencia demostrada en su disco de debut, adaptando al castellano con suficiencia el mítico “She does it right” de Dr. Feelgood. TSS-TSS, con Maca a la batería y voz (¡qué máquina!) y Casaño (guitarra y voz) nos sobrevuela con su punk atropellado, esencial e iluminado con su punto retrofuturista, que propulsa el “Nuclear sí” de Aviador Dro (aquella histórica primera referencia del sello DRO, en 1982). Y, por último, LAS CHICAS COCODRILO se benefician del empuje de The New York Dolls deslizándose hacia Los Ramones en los estribillos, como en el caso de su hitJohnny es un rompecorazones”, lanzado desde el “Jet boy” de los Dolls. Un vinilo para atesorar.

29 octubre 2018

EN LA DISTANCIA

Cuando te veo venir en la distancia con tu móvil pegado a la oreja, y me planto ante el paso de cebra, esperando que detengas tu vehículo para que cruce, y tú te limitas a reducir una velocidad siempre excesiva y a urgirme a cruzar con ostensibles gestos de tu mano, o incluso encendiendo y apagando las luces, por tal de no parar; no puedo evitar imaginarte por la mañana temprano riéndote a moco tendido con los anuncios de coches de las radios comerciales. Esa publicidad de guiño obtuso y trasfondo machista que parece dirigida solamente a ti por una mente igual de reseca que la tuya.

18 octubre 2018

POR ESO (MÁS O MENOS)


Y entonces vives, aciertas, te equivocas, te caes, a lo mejor te levantas, eres feliz a ratos, te frustras, consigues algunas cosas, pierdes otras y sigues hacia delante sin saber realmente que toda tu peripecia vital es peor que la de la mayoría de las regiones de España, porque tu Comunidad Autónoma está atrasada y tú también, por supuesto. Debes aceptarlo, no te queda otra (quizá asentir y resultar simpático y ocurrente). Y Educas a tu hijo, juegas con él, le inculcas cosas, pero no sirve de nada en términos de estigmatización: con un poco de suerte en muchos lugares de España lo miraran con cierta condescendencia por proceder de una tierra de vagos y subsidiados y, si resulta ser un genio o un trabajador desbocado, le colocarán la mano en el hombro y le dirán: “Eres la excepción que confirma la regla”. Y tu rendimiento en el trabajo, y tu dedicación a tu empresa, y tu doctorado, y tu experiencia, y tu capacidad de amar, y tus vivencias e inquietudes son de segunda clase.

Por eso, cuando vas a Cataluña desde Granada, alguien aconseja a tus anfitriones que te enseñen la nieve, que seguramente no habrás visto en tu vida; por eso, un tipo proveniente de un pequeño pueblo de Castilla-La Mancha le responde a tu hijo, cuando este le pregunta si es también de Granada, que él no, que él es europeo, joder (y luego viene y te lo cuenta, esperando que tú también le veas la gracias); por eso, tus amigos del norte te avisan, sonrisa en ristre, que en cuanto a vascos y a navarros les dé por plantar olivos en serio, lo de aquí abajo se va a acabar, y luego siguen llenando sus copas tal cual. Por eso, ante cualquier accidente o tragedia que ocurre en otros sitios se analizan las razones, y cuando pasan aquí el principal motivo siempre es el mismo. Por eso, alguien de allá arriba espera junto a ti a que el semáforo se ponga en verde y, al ver a la gente cruzar en rojo, dice que eso allá es impensable; y por eso también, otro alguien de allá arriba espera junto a ti para cruzar el mismo semáforo y, ante el hecho de que nadie cruce en rojo, señala lo tranquila que es la gente aquí y las pocas prisas y preocupaciones que parecen tener. Por eso, si unos trabajadores en Jaén ponen pegas para descargar (es un momentito, ostia tú) un camión a las tres de la tarde son un perros, y allá arriba, si se niegan, es que defienden sus derechos, que menudos son ellos. Por eso una ex – ministra del PP da pábulo a no sé qué teoría y se atreve a señalar, tan pancha, dos años de retraso en los escolares andaluces respecto de los de otras comunidades.  

Por eso, muchos andaluces agachan la cabeza avergonzados de que el PSOE lleve tantos años gobernando en Andalucía, con lo necesario que es un giro en las políticas de empleo a todos los niveles, y con lo corruptos que son. Por eso, muchos andaluces agachan la cabeza avergonzados porque haya ganado el PP en alguna ocasión, o porque gobierne en tantas alcaldías, con lo necesarias que son las políticas sociales en nuestra tierra y lo corruptos que son. Por eso, muchos andaluces agachan la cabeza avergonzados porque Podemos no haya arrasado, con lo que los necesita una tierra como la nuestra, coño, que su líder más graciosete hasta grabó un vídeo cuando vino a hacer campaña, imitando el acento gaditano. Por eso, muchos andaluces agachan la cabeza avergonzados porque Podemos ha ganado en Cádiz, con el paro que hay, y la falta que hacen políticas que faciliten el empleo. Por eso…

Y, precisamente por eso, lo más sano es seguir nuestro camino, ser como nos dé la real gana, pero siempre autocríticos, justos, solidarios, exigentes con nosotros mismos y hacer oídos sordos a toda la sarta de prejuicios de siempre. Aunque no estaría de más recordar, tanto al que saquea nuestros recursos y hace un daño difícilmente reparable a nuestra credibilidad, como a quienes se dedican a hacer política desde ideas preconcebidas que poco nos van a beneficiar como Comunidad.

16 octubre 2018

POLÍTICAMENTE INCORRECTO


¿Quién ha elevado al machista, al clasista, al racista y al fanfarrón a la categoría de personaje políticamente incorrecto?

04 septiembre 2018

MENSAJE EN UNA BOTELLA (54)


DOCTOR DIVAGO “El cuarto trastero” (Criminal records)



Con Doctor Divago estamos ante un perfecto mecanismo aglutinador de sonidos, épocas, e incluso actitudes; encauzadas mediante vitalistas ejercicios de pop en continua celebración de la melodía. Los valencianos, con ya cuatro elepés a sus espaldas, siempre me han parecido un grupo inspirado, directo y contagioso, pero con algo más; y ese algo es difícil de explicar. Puede ser el saludable y explícito espíritu New Wave que asoma en sus canciones, su ausencia de acritud, o el inusual dato de que tengan en Manolo Bertrán a un gran cantante (sé que es difícil de creer pero es así). Un cantante con voz clara, de perfiles bien definidos, huyendo de la bruma vocal al uso; aparte de singular letrista, reflexivo, irónico o surrealista, según se tercie. En este trabajo, más pop que nunca, vuelven a asumir con infinita fe lo más destacable del pop español de los sesenta (ya en el anterior incluyeron una versión de “Mi calle” de Lone Star), especialmente a Los Brincos, en temas como “Jugando a pillar en el limbo” o la inmensa balada “Srta. Alfa”. Suenan netamente radiantes ofreciendo lo mejor de la mencionada New Wave: coros, armónica, ritmos precisos o sincopados; órganos y pianos llenos de vitalidad; nerviosas guitarras o nítidos solos y punteos. La frescura melódica mil veces trillada y mil veces renacida. Un sonido arriesgado, por otra parte, ya que sólo es defendible con buenas canciones para evitar caer en lo manido y previsible. La eterna veta melódica de The Kinks se mezcla con Costello y los grupos españoles de los ochenta que mejor asimilaron ese sonido. En “Se me ha olvidado algo” aparecen 091, el estribillo de “Al revés” está impregnado de Nacha Pop, y en “¿Cómo estoy?” podemos reconocer incluso a Los Pistones. Dejan sitio, además, para momentos tan deliciosos y elaborados como “África habla con los peces”, o para incorporar algo del lirismo de Aute en “El cuarto trastero”.



Publicado en abril de 2000 en la revista El Batracio Amarillo.

31 agosto 2018

MENSAJE EN UNA BOTELLA (53)


DIED PRETTY “Using my gills as a roadmap” (Citadel-Dock)



Poco había vuelto a saber de este grupo australiano desde que lo vi tocar en Granada  junto a Cancer Moon el domingo 27 de mayo de 1990. Gozaron de cierta notoriedad por aquí con elepés como “Free dirt” (Citadel, 86) y, sobre todo, “Lost” (Beggars Banquet, 89). En 1991 apareció, con más pena que gloria, “Doughboy hollow” (Beggars Banquet). Su sonido consistía en un pop muy elaborado, atmosférico, de temas largos y con frecuencia recargados; y un sentido dramático de la evocación algo épico, aunque efectivo. Ahora, casi diez años después, me encuentro con la agradable sorpresa de un trabajo tan digno como este, editado en 1998 por Citadel y este año por Dock en España. Me parece su mejor trabajo, el más intenso, como se desprende de “Slide song” o  She was”. Junto a Ron Peno y Brett Myers, han sobrevivido el juego de teclados o el cariz atmosférico, que toma derroteros electrónicos arrebatadores en “The daddy act” o percusivos en “Paint black, you devils”. Las guitarras, por su parte, van de ariscas a acústicas, en temas que se deslizan con la emoción de unos REM, tal que “Stay” o “Gone”, soltando todo tipo de lastre para quedarse en lo esencial.



Publicado en abril de 2000 en la revista El Batracio Amarillo.


30 agosto 2018

MENSAJE EN UNA BOTELLA (52)


         THE BRASLIPS “The Braslips” (Fuckin’ explosion)



El debut de este cuarteto murciano llega en forma de CDep autoeditado, para ir más rápido. Un artefacto en plena ebullición desde el principio, inflamado de efectos de guitarra y latigazos de Minimoog, que quema en las manos antes de ponerlo y se acaba en un suspiro. Se abre con las turbinas sónicas de “I wanna live”, aunque su comienzo es una trampa acústica para poder saltar sobre el oyente; un tema que respira afterpunk acelerado con la urgencia existencial de los Hüsker Dü. Continúa con “Green like cannabis”, que avanza envuelta en espirales psicodélicas para mutar en un contundente y vertiginoso ataque de guitarras en picado, enmarañado y con una oscuridad cercana a The Sisters of Mercy. “I’m on heat” parte del punk de 77, pero visita las escarpadas regiones sonoras en las que vive Frank Black y se topa con los Manic Street Preachers más álgidos. Y casi sin dar tiempo a respirar aparece “Gotta kill your mother”, que es funk marciano, tecno exultante y desenfadado. Un debut fulminante, una fiesta que necesita continuidad ¡ya!.



Publicado en octubre de 1998 en la revista El Batracio Amarillo.

29 agosto 2018

MENSAJE EN UNA BOTELLA (51)


PURR “Whales lead to the deep sea” (Prohibited Records)

Los franceses Purr (no confundir con los de aquí) abordan su sonido partiendo de los postulados de bandas como Slint o Tortoise. Desarrollan un articulado mecano instrumental de aire jazzístico; geometrías rítmicas que conforman un sonido que puede devenir en explosiones de rotundidad, llenarlo todo de serenidad, guardar silencio o resultar seco y cortante. Un lenguaje netamente instrumental que deja la voz en segundo plano, siempre en la cuerda floja.



Los mejores momentos son los de expansión instrumental, donde no paran de dibujarse paisajes inquietantes que siempre se liberan mediante escaladas de tensión. Temas que tienen que expandirse sin remedio, ya que están armados desde susurros, certeras pinceladas instrumentales que se van cargando de matices hasta desembocar en tormentas sónicas.



Publicado en octubre de 1998 en la revista El Batracio Amarillo.

27 agosto 2018

MENSAJE EN UNA BOTELLA (50)


THE LITTLE RABBITS “Yeah!” (Rosebud)

Incrustados en el movedizo territorio que separa a Beck Hansen y Jon Spencer, estos franceses han pergeñado un elepé delirante y vivificador. Grabado en Tucson (Arizona) y producido por Jim Waters (Jon Spencer Blues Explosion, Sonic Youth o Jonathan Fire Eater), este “Yeah!” compone una magma sónico que discurre saturado, serpenteante, pantanoso por momentos, con la asfixiante agresividad de un Kim Salmon. Un disco enraizado en lo más caliente y primitivo del rock estadounidense, y en la fascinación del más exquisito pop francés; imbuido de guitarras, samples y desenfado. Cuenta con un inicio definitivo a cargo de “Yeah!” y “La piscine”, sin duda, la verdadera canción de este verano. La primera enumera todos los mitos estadounidenses a golpe de r’n’b vacilón, y la segunda va por el mismo camino produciendo un continuo contrapunto de órgano, armónica y scratchin’ , sobre un riff de guitarra irresistible. “In the bathroom” en r’n’b vía Ike Turner, y “Le blé dans les feuilles” es Gainsbourg saturado de scratchin’ y samples



Hay baladas crepusculares como “December”, o  melosas y cargadas de órganos (“Down here”). Nos asaltan comandos de punk palpitando tras guitarras desquiciadas o ritmos juguetones (“Casanova the ancient”, “Picnic boy” y “Red disk swimming in the blue sea”). Tensan, reordenan las raíces del rock norteamericano a lo Blues Explosion a base de ritmos abruptos, samples, disonancias y acoples con “Pity”; y suenan excitados y abigarrados cuando le cantan al amor (“L’amour”). Hacen lo que haría Beck con otro tornillo menos en la disonante “Nobody’s birthday party” o en el “Roller girl” de Serge Gainsbourg, clásico atacado con fruición, estrujado, despedazado y vuelto a construir sin alterar su esencia.



Publicado en octubre de 1998 en la revista El Batracio Amarillo.

23 agosto 2018

“SHAKIN’ ALL OVER”. ALGUNAS VERSIONES


“Shakin’ all over” es una canción de las que dejan huella a la primera escucha, inconfundible, magnética en su contención, en su capacidad de sugerencia. Con su tempo sincopado, su bajo punzante, ese hiriente y omnipresente picoteo de guitarra, los silencios o su reptante y sinuoso avanzar.  



Composición acreditada a Fred Heath (Johnny Kidd) y Guy Robinson, fue publicada como single por Johnny Kidd & The Pirates en 1960, llegando en julio de ese mismo año al nº1 de las listas del Reino Unido. Un éxito limitado al territorio europeo que no dio el salto al otro lado del charco hasta ser descubierta por Bill Kennedy, líder de la banda de garage de Plattsburg (Nueva York), TheTwiliters, que la escuchó mientras estaba destacado en Alemania por la fuerza aérea estadounidense, decidiéndose a incluirla en el primer single de su grupo, grabado en directo de 1964. Sin embargo, la primera versión de éxito en Norteamérica fue obra de la banda canadiense The Guess Who (a través de su primigenia denominación de Chad Allan and The Expressions) en 1965, que llegó a ser nº1 en la lista de singles de Canadá. Esta versión aún mantenía las esencias garageras dispensadas por The Twiliters. The Who, que ya venían haciéndola en directo (memorable la versión que realizaron en el Festival de Woodstock de 1969 ligándola con “Spoonful” de Willie Dixon), la incorporaron a su mítico “Live at Leeds” de 1970, llevándola en una dirección más rotunda y pesada, explotando las posibilidades hard de su riff y rozando lo épico en los coros, incluso. Inaugurando así una nueva línea de interpretación del tema que, aunque estimulante, da rienda suelta a los desarrollos instrumentales y elimina la impronta de su concreción. Es, sin duda, la versión más conocida; la que escuchó por primera vez la mayoría de la gente.



En la reedición del “Teenage Head” de The Flamin’ Groovies (publicado originalmente en 1971), por parte de Buddah Records en 1999, se incluye una extensa versión que se va enroscando en sí misma hasta rozar por momentos el “TV eye” de The Stooges. En 1973 fue incluida en el primer elepé de Suzy Quatro por sus productores y mentores,  los famosos Mike Chapman y Nicky Chinn. La guitarra pierde su singularidad, y la versión resulta machacona, más pendiente del sagrado momento de meter el solo de guitarra. La actriz y cantante francesa Marie France, con la inestimable presencia de una banda de la presteza y solidez de Bijou, la adaptó a su idioma en 1981 con el sugestivo título de “Le diable en personne” dentro de un elepé muy recomendable: “39º de fievre”. La versión hace hincapié en el atractivo de su carácter cortante y directo.



En 1987, Munster Records puso en circulación un EP maravilloso que inauguraba la serie “The munster dance hall favorites”. En él se incluía una genialidad de los primeros Enemigos llamada “Chicken all over”, donde el grupo enlazaba “Shakin’ all over” con el “Run chicken run” de Link Wray. El resultado (toda una declaración de las querencias sonoras del grupo por aquellos años) fue arrollador. En la cara B del maxi del tema “You belong in rock n’ roll” de 1991, encontramos una infecciosa versión  por parte de Tin Machine, ese efímero experimento rock con el que David Bowie decidió encarar el trago de un nuevo cambio de década a sumar a su carrera. Como breve curiosidad, en la banda sonora del documental sobre el grupo Fugazi dirigido por Jem Cohen (“Instrument”, 1999), hay un breve apunte instrumental de la canción que no llega al minuto, denominado “Shaken all over”.



Dentro del cajón de sastre que supone la americana music, una artista de la personalidad y estilo de Eilen Jewell incluyó una revisión del tema en su disco de 2009, “Sea of tears”. En ella se abunda en su contención, que sirve para subrayar su singular frondosidad. El intuitivo Jack White volvió a colocar en el primer plano a la veterana cantante rockabilly Wanda Jackson en 2011, produciendo,  involucrándose al máximo en su gestación y publicando en su propio sello el elepé “The party ain’t over”. Entre una acertada selección de clásicos para el repertorio, destaca un “Shakin’ all over” que abre el álbum con una exuberante intro de metales que acompañarán, sin caer en la aparatosidad, todo el desarrollo del tema, dotándolo de espectacularidad sin menoscabar su esencia.

L84


La idea de recordar parte del devenir de esta composición me vino al escuchar la versión realizada por un grupo de mi ciudad, Motril. L84 son una formación de querencia instrumental y surf , respetuosos a la hora de abordar estilos, dueños de un excelente gusto y con contrastada pericia. En su disco homónimo de debut, publicado en 2017, utilizan “Shakin’ all over” como vehículo para recorrer todas sus referencias sonoras, con guiño incluido al “Tequila” de The Champs.

Tras este repaso, solo me resta escuchar algún día la versión que hacían en directo, alrededor de 1987, Chorrojumo y Los Primos del Blues, aquella banda paralela de blues-punk desmelenado de 091.

21 agosto 2018

MENSAJE EN UNA BOTELLA (49)


MASTRETTA

“HISTORIAS CON MÚSICA DE FONDO”

El cántabro Nacho Mastretta es ya un veterano de la escena pop española. Un superviviente que atravesó esa tierra de nadie que fueron los últimos años ochenta formando parte del grupo Las Manos de Orlac (posteriormente Las Manos), con los que grabó un par de elepés y obtuvo cierta notoriedad. En 1991 debutó en solitario con “La vida fácil”, editado por GASA, y rápidamente fue pasto del olvido.

Tras aquel planchazo han tenido que transcurrir siete años, en los que ha trabajado mayormente como técnico de sonido, para que una discográfica se interese por lo que guarda en su cuarto: decenas y decenas de temas pergeñados con la ayuda de un sintetizador, un pequeño sampler que almacena los sonidos más peregrinos (el ruido de una caja de fichas de ajedrez es un buen ejemplo), y una extensa gama de instrumentos de variada procedencia que entran y salen sin cesar de las canciones. De ahí han salido las grabaciones íntegras de su actual repertorio.



Highballito” (Subterfuge, 1998) es un CD-single de tres temas que sirvió para señalarnos, a mediados del pasado año, por dónde iban los tiros. Allí se concentran el ambiente fronterizo a base de moog de “Altercado en Puebla nº 6”; el encuentro entre Nino Rota y Augusto Algueró que supone “Háblame de mí”; o la superposición de ocho clarinetes que despliega en “Highballito”. Tres instrumentales con regusto a lounge music, y espíritu de continua experimentación.

Una vez hechas las presentaciones, le llega el turno a “Melodías de Rayos-X”, álbum editado también por Subterfuge dentro de su casposa colección “Música para un guateque sideral”. Una vez más, la infinita curiosidad de Mastretta hace que cualquier sonido tenga rápido acomodo en su fantasioso espacio creativo, un espacio que desconoce límites y que denota una vocación exótica, un aire de gozosa y libre individualidad, un regodeo artesanal. El disco atesora una estimulante gama de sonidos prestos para recrear otras tantas ambientaciones.



Aquí están el lounge fronterizo de “Laguna seca”, donde las temblorosas guitarras de Morricone y los silbidos del viento de la frontera llegan envueltos en papel de regalo; o el importante ascendiente de Nino Rota, destacando en la capacidad evocativa de “Sábanas blancas, cama estrecha” o en el ajetreo delirante de “Kid Chocolate”. Hay efluvios de jazz latino en “Mi cuarto de hora” y “Mosley”. En “El último habitante del planeta” se decanta por la bossa nova. “Dolor de crooner” y “Latin lover” son llevadas al terreno del bolero por clarinete y guitarra, respectivamente; y “Ojos rojos” nos inunda de nocturnidad con el saxo. “Andrea Doria” es un paseo por el fascinante mundo de Mancini, que cuenta con la aportación de Ana Belén susurrando coros con maestría. Y “Plaza de Callao” deviene en polca asfixiante.

Si lo escuchas, cuando hables de él olvidarás mencionar que se trata de instrumentales.



Reseñas del CD-single “Higballito” (Subterfuge, 1998) y del CD “Melodías de Rayos-X” (Subterfuge, 1998)
Publicado en Marzo de 1999 en la revista El Batracio Amarillo (disco del mes)

19 agosto 2018

DIEZ TEMAS COMPUESTOS POR ARETHA FRANKLIN


1. “Take it like you give it”. (primera composición decididamente soul de Aretha Franklin, incluida en el elepé del mismo título, publicado en 1967 y último para el sello que quiso convertirla en la gran dama del jazz, Columbia).

 2. “Don’t let me lose this dream” (compuesta junto a su marido, Ted White. Aparece en el primer elepé que grabó para el sello Atlantic en 1967 “I never loved a man the way I love you”, con producción de Jerry Wexler; a partir del cual explotará convenientemente su condición de cantante de soul. Un trabajo, además, que supuso una de las cumbres de su carrera).

3. “Baby, baby, baby” (compuesta junto a su hermana pequeña, Carolyn Franklin (también corista en el disco junto a otra hermana, Erma), e incluida en el trabajo mencionado anteriormente).

 4. “Save me” (en este tema comparten autoría, junto a Aretha, su hermana Carolyn y el gran saxo tenor King Curtis. Se incluye en el mismo disco mencionado).

5. “I’ll keep on smiling” (incluido en el elepé recopilatorio “Take a look”, publicado en 1967 por Columbia con solo tres temas inéditos. En 2011, Columbia sacó al mercado una caja con el mismo título, que recoge todas las grabaciones de Aretha Franklin para el sello, parece ser que con el fin de celebrar el 50 aniversario de la carrera de la artista).

6. “(Sweet, sweet baby) since you’ve been gone”. (compuesta junto a Ted White, fue el tercer single extraído del elepé “Lady soul”, de 1968).

7. “Good to me as I am to you” (un desgarrado blues incluido en el disco anterior, también firmada junto a su esposo).

8. “Think” (sin duda, la mejor composición de Aretha, también junto a Ted White. Incluida en “Aretha now” de 1968. Clásico para siempre y single de éxito en su momento con mensaje feminista).

9. “Call me” (balada soul incluida en “The girl’s in love with you” de 1970. Extraída como single).

10. “Sister from Texas” (el soul se internó en los setenta a base de los ritmos más marcados y pedales wah-wah que aquí se encuentran. Incluida en “Hey now hey (the other side of the sky” de 1973.).

MENSAJE EN UNA BOTELLA (48)


ROYAL TRUX “Accelerator” (Domino)

Con este disco, el dúo estadounidense ha recuperado de pleno la capacidad de impacto, seriamente diluida en los últimos años; presentando uno de los trabajos más estimulantes de 1998, de tal forma que no hubiera podido tener la conciencia tranquila de no traerlo a estas páginas. Se han complicado menos la vida que en sus dos trabajos anteriores, eso se nota, y han entregado lo que mejor se les da: construcciones de rock con sabor clásico surgidas de las demoliciones que ellos mismos han propiciado.



Hay irresistibles himnos de guitarras cochambrosas y efectos instantáneos que recuperan toda la capacidad de jolgorio del r’n’b más sucio, tales como “I’m ready” y su horadante riff de guitarra o “The banana question”. Mezclan a la Velvet Underground más disonante con los Rolling Stones más arrastrados en “Yellow kid”; y en “Stevie (for Steven S.)” y “Liar” (esta a través de The New york Dolls), siguen incidiendo en el legado de los Jagger y Richard de principios de los setenta (¿otro destripamiento de “Exile on Main Street”?). “Another year” me parece una mezcla imposible de psicodelia descacharrante, folk emporrao y primitivismo a ultranza; “New bones” también circunda la psicodelia, en este caso espacial y chamuscada. “Juicy, juicy, juice” es funk fracturado en plena competencia con su antiguo compañero Jon Spencer; y “Follow the winner” es blues inyectado de góspel marrullero y rasposo.

Nueve temas que no se extienden más allá de la media hora, dejándonos con todas las ganas de conocer sus nuevos movimientos. En esta ocasión, nada que envidiar a la Blues Explosion.



Publicado en marzo de 1999 en la revista El Batracio Amarillo.

18 agosto 2018

MENSAJE EN UNA BOTELLA (47)


COME “Gently down the stream” (Domino)



El cuarto álbum de estos bostonianos encabezados por Chris Brokaw y Thalia Zedek es un nuevo tratado de emociones basadas en la aspereza, en la tensión producida, no por aglomeración de sonidos sino por desgarro. Canciones sinuosas, tortuosas, empujadas a trompicones, a golpes de rotundidad entrecortada. Se trata de un elepé que precisa de una duración extensa para desarrollarse plenamente, para desenroscarse del todo.  Ensanchan su campo de acción hasta la hora y poco para dar cabida a composiciones largas, de intenso recorrido eléctrico, asaltadas por continuos y determinantes cambios de ritmo, dominadas por guitarras ejecutadas de forma percutante y enfática. Canciones que desprenden un hondo lirismo dramático y algo decadente. Sólo la oportunidad de escuchar cómo se despliega un corte como “Saints around my neck” hace imprescindible este trabajo, que en su conjunto discurre igual que el oleaje que destaca en la portada, pero turbio, muy turbio; como si cargara con todos los sentimientos que, como sedimentos, va arrancando.



Publicado en marzo de 1999 en la revista El Batracio Amarillo.