31 julio 2010

MENSAJE EN UNA BOTELLA (5)

PATRICIA HIGHSMITH “Ese dulce mal” (1.960).

Una lenta y minuciosa preparación, una imperceptible aclimatación, un hábil asentamiento de bases del que no somos plenamente conscientes, y ya estás dentro: el impecable tiralíneas acota el escenario (esa leve y creciente desazón). Luego el punto de inflexión, y el desnivel se va acentuando progresivamente, magistralmente. Se lanza la cotidianidad por un tobogán absolutamente perturbador que atenaza en el más puro y excitante suspense, gracias a su cuidada verosimilitud, a la sorpresa constante que nos produce la normalidad con que suceden las cosas, la lógica de cada pequeño mecanismo. Irse hundiendo viajando en una barcaza de vaivenes emocionales, ir avanzando por un túnel cada vez más asfixiante y oscuro, más profundo, hasta… Fina ironía, punzante sarcasmo, aguda observación, comparaciones sublimes, definitivas y suficientes descripciones. Personajes que van mutando en inquietantes piezas. Lirismo seco.