El séptimo álbum de la banda de Eef Barzelay, primero grabado desde su reunión al cabo de tres años, supone un regreso de auténtico lujo. Consistentes y a menudo vibrantes canciones, de estribillos memorables, y ajustados arreglos de cuerda y viento; utilizados con el mismo buen gusto que el piano y el órgano, para dotar a los temas de puntuales y frondosos apoyos. Pop inspirado y emocionante, cadencias acústicas y excitación eléctrica; reminiscencias folk y country, detalles soul, y reflejos de Neil Young, o de los Teenage Fanclub más animosos en “BFF”.