18 octubre 2018

POR ESO (MÁS O MENOS)


Y entonces vives, aciertas, te equivocas, te caes, a lo mejor te levantas, eres feliz a ratos, te frustras, consigues algunas cosas, pierdes otras y sigues hacia delante sin saber realmente que toda tu peripecia vital es peor que la de la mayoría de las regiones de España, porque tu Comunidad Autónoma está atrasada y tú también, por supuesto. Debes aceptarlo, no te queda otra (quizá asentir y resultar simpático y ocurrente). Y Educas a tu hijo, juegas con él, le inculcas cosas, pero no sirve de nada en términos de estigmatización: con un poco de suerte en muchos lugares de España lo miraran con cierta condescendencia por proceder de una tierra de vagos y subsidiados y, si resulta ser un genio o un trabajador desbocado, le colocarán la mano en el hombro y le dirán: “Eres la excepción que confirma la regla”. Y tu rendimiento en el trabajo, y tu dedicación a tu empresa, y tu doctorado, y tu experiencia, y tu capacidad de amar, y tus vivencias e inquietudes son de segunda clase.

Por eso, cuando vas a Cataluña desde Granada, alguien aconseja a tus anfitriones que te enseñen la nieve, que seguramente no habrás visto en tu vida; por eso, un tipo proveniente de un pequeño pueblo de Castilla-La Mancha le responde a tu hijo, cuando este le pregunta si es también de Granada, que él no, que él es europeo, joder (y luego viene y te lo cuenta, esperando que tú también le veas la gracias); por eso, tus amigos del norte te avisan, sonrisa en ristre, que en cuanto a vascos y a navarros les dé por plantar olivos en serio, lo de aquí abajo se va a acabar, y luego siguen llenando sus copas tal cual. Por eso, ante cualquier accidente o tragedia que ocurre en otros sitios se analizan las razones, y cuando pasan aquí el principal motivo siempre es el mismo. Por eso, alguien de allá arriba espera junto a ti a que el semáforo se ponga en verde y, al ver a la gente cruzar en rojo, dice que eso allá es impensable; y por eso también, otro alguien de allá arriba espera junto a ti para cruzar el mismo semáforo y, ante el hecho de que nadie cruce en rojo, señala lo tranquila que es la gente aquí y las pocas prisas y preocupaciones que parecen tener. Por eso, si unos trabajadores en Jaén ponen pegas para descargar (es un momentito, ostia tú) un camión a las tres de la tarde son un perros, y allá arriba, si se niegan, es que defienden sus derechos, que menudos son ellos. Por eso una ex – ministra del PP da pábulo a no sé qué teoría y se atreve a señalar, tan pancha, dos años de retraso en los escolares andaluces respecto de los de otras comunidades.  

Por eso, muchos andaluces agachan la cabeza avergonzados de que el PSOE lleve tantos años gobernando en Andalucía, con lo necesario que es un giro en las políticas de empleo a todos los niveles, y con lo corruptos que son. Por eso, muchos andaluces agachan la cabeza avergonzados porque haya ganado el PP en alguna ocasión, o porque gobierne en tantas alcaldías, con lo necesarias que son las políticas sociales en nuestra tierra y lo corruptos que son. Por eso, muchos andaluces agachan la cabeza avergonzados porque Podemos no haya arrasado, con lo que los necesita una tierra como la nuestra, coño, que su líder más graciosete hasta grabó un vídeo cuando vino a hacer campaña, imitando el acento gaditano. Por eso, muchos andaluces agachan la cabeza avergonzados porque Podemos ha ganado en Cádiz, con el paro que hay, y la falta que hacen políticas que faciliten el empleo. Por eso…

Y, precisamente por eso, lo más sano es seguir nuestro camino, ser como nos dé la real gana, pero siempre autocríticos, justos, solidarios, exigentes con nosotros mismos y hacer oídos sordos a toda la sarta de prejuicios de siempre. Aunque no estaría de más recordar, tanto al que saquea nuestros recursos y hace un daño difícilmente reparable a nuestra credibilidad, como a quienes se dedican a hacer política desde ideas preconcebidas que poco nos van a beneficiar como Comunidad.

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