Otra película de Jarmusch, otra sensación extraña, otra fascinación. El argumento de "Flores Muertas" remite a la comedia clásica, acaso rozando el melodrama, pero no claro, aquí hay más. Están los pausados largos planos del protagonista que nos hacen vivir junto a él su insatisfacción, los diálogos medidos, el parsimonioso suceder de los paisajes, las miradas, o el genial gesto entre sombrío y escéptico de Bill Murray (que no sonríe en toda la película), ya marca de la casa. La lentitud, el detalle (baste recordar la cámara acompañando al cartero hasta que deposita La Carta), abren una trampilla por la que pasamos a formar parte del espacio y tiempo del filme: hemos desaparecido de la sala. La primera parte ofrece el grueso argumental, y los mejores diálogos y tintes de comedia: la parte de su relación con su vecino, y los encuentros con Sharon Stone y Frances Conroy. A partir de ahí las imágenes van tiñéndose de la soledad del protagonista, de la progresiva sensación de absurdo y su cada vez más amargo descreímiento. Carreteras, aviones, sensaciones plomizas contrapunteadas de rosa, con un suspense mantenido en el aire. Al final, el vacío que siempre me dejan los finales de Jarmusch, un rompecabezas de conclusiones y sensaciones que aún pugna por armarse solo en mi cabeza. De la música, siempre sugerente y suficiente, me quedo con el subyugante tema inicial, "There is an end" por Holly Golightly, frío, dulce y retro.
1 comentario :
A mi también me gusta mucho el tuyo . Muchos gustos comunes, Flores Rotas me parece una delicia, me encanta Lapido, el Rock and roll circus y todo de lo que hablas. ah...!! y de Granada soy fan del carmen Rodriguez Acosta..:)
un saludo
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