09 agosto 2014

“BLOWIN’ IN THE WIND”. ALGUNAS VERSIONES.

Una canción-mecha aparecida en el momento más oportuno, capaz de plantear las cuestiones correctas para envolver a toda una generación y con las dosis justas de vulnerabilidad, rebeldía, reivindicación y existencialismo. Forjadora como pocas de identidades, de complicidad generacional y sensación de pertenencia. Inspiración de poetas, progres y catequistas. Éxito de ventas en voces distintas, centenares de versiones de artistas de toda índole y momento han mantenido el fuego de su presencia. Aquí recordamos unas pocas.

Se dice que Bob Dylan compuso “Blowin’ in the wind” en cuestión de minutos, sentado en un café. Aunque sí deudora del espiritual “No more auction block”, no parece sostenerse el rumor acerca de la apropiación de Dylan de un tema del músico Lorre Wyatt, titulado “Freedom is blowing in the wind”. Los cantautores tenían sus dudas: a Pete Seeger la composición no le pareció gran cosa, Tom Paxton odiaba la teórica inconexión de sus versos  y Dave Van Ronk la calificó de sosa, aunque algo le dio en la nariz cuando comenzaron a proliferar en la escena multitud de versiones espontáneas, incluso algunas paródicas, a cargo de infinidad de músicos de folk. De cualquier manera, ninguno de ellos fue capaz de imaginar en aquel momento el peso que esa canción tendría en la historia del rock en general ni su capital importancia tanto en el devenir de la carrera de Dylan como en el desarrollo y capacidad de penetración del folk en su conjunto. Era el tema que abría “The freewheelin’ Bob Dylan” de 1.963, sin duda el primer disco clave de su carrera.




Peter, Paul & Mary, intérpretes de folk tan comprometidos como populares y asequibles por su sonido, hicieron una agradable y armoniosa versión de este tema de un aún emergente Bob Dylan ese mismo año, vendiendo trescientos mil ejemplares del single durante primera semana y llegando al número dos de Billboard el 13 de julio de 1.963, superando el millón de ejemplares. Que se confundieran un poco con la letra no fue problema. Aunque Joan Baez cantaba en cada actuación “Blowin' in the wind” durante su gira veraniega de 1.963, en la que Bob Dylan ejercía de artista invitado que aparecía en el escenario tras la interpretación de dicha canción, no apareció en ningún disco suyo hasta “Live in Japan”, de 1.967.

Parece ser que un cantante brillante y experimentado como Sam Cooke tuvo algo parecido a una revelación artística cuando la escuchó el año de su publicación, reflexionando a partir de entonces sobre el contenido que debía dar a su expresión artística. Sam, además, decidió inyectarle ritmo y estilo, versionándola en su álbum “Live at Copa”, lanzado en octubre de 1.964.

Cuando el músico country Glen Campbell incluyó su versión instrumental en “The Astounding 12-String Guitar” de 1.964 se encontró de frente con la ira de sus seguidores más conservadores. No creo que a Duke Ellington le tosiese nadie cuando la interpretó con su orquesta en 1.965.

Por su parte, un Stevie Wonder de tan solo dieciséis años, elevó su versión hasta el número uno de las listas de r’n’b en agosto de 1.966.

A pesar de que Elvis Presley detestaba a Dylan tanto por su voz como por el calado político y la ambigüedad de sus textos, llegó a grabarla en 1.966 (sin intención de publicarla). Quizá estaba más influido por la versión incluida en el excelente elepé de 1.965 “Odetta sings Dylan”, de la cantante folk de Alabama Odetta Holmes. Uno de sus favoritos de aquella época.

Neil Young & Crazy Horse la incluyeron en el incandescente directo “Weld”, publicado en 1.991. Coincidiendo con la 1ª Guerra del Golfo, la incorporaron a su repertorio en la incendiaria gira que compartieron con Social Distortion y Sonic Youth.


El pianista y organista Ben Sidran, reputado músico de jazz y rock, acometió la misión de reinventar el repertorio del de Minnesota con “Dylan Different”, un interesantísimo lanzamiento de 2.009. Allí, cómo no, tiene su sitio la canción que nos ocupa, en una recreación tan excelsa como sencilla.

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