07 septiembre 2016

MENSAJE EN UNA BOTELLA (34)



ALEKSANDAR HEMON “El proyecto Lázaro” (Traducción Rita da Costa, Duomo, 2009)

La segunda novela del escritor bosnio Aleksandar Hemon, publicada originalmente en 2008, camina salpicada por la constante presencia de la muerte, una muerte casi siempre gratuita, caprichosa. Avanza embadurnada de violencia, de una desesperación anhelante, más o menos latente, pero siempre a flor de piel. El libro se va modulando según diferentes planos narrativos, que adaptan como un guante su tono a las circunstancias relatadas. Cada cual tiene su propio latido, que mantiene la intensidad, la expectación. Planos que se alternan y conectan. La voz narradora, sin dejar de filtrar una continua sensación de angustia, una sensación febril, puede ser irónica, cínica, fría, amiga de los juegos de palabras, dramática o rigurosa. Haciendo gala siempre de una incisiva mordacidad, que se extiende a las descripciones de paisajes y paisanajes, imaginativas y salpicadas de afiladas metáforas. 



Como sucede en todas las grandes historias, el desarrollo de la trama es indisociable de una continua actividad de exploración y ponderación de la condición humana, observada en determinadas circunstancias. Está trufada de pequeños ensayos a menudo dominados por una ansiosa necesidad de encontrar explicaciones, que terminan por conformar un todo coherente y revelador, tomando la forma de frases definitivas, e inspiradas acotaciones y digresiones.
La novela se desenvuelve a partir de hechos reales; salta con agilidad y sentido de la proporcionalidad de la eterna herencia rusa en las repúblicas ex – soviéticas a lo más sórdido de la guerra de los Balcanes, del pogromo de Kishinev al anarquismo de principios del siglo XX en EEUU, y reflexiona con perspicacia sobre las diferentes caras de la inmigración en distintas épocas y situaciones (desplazados, xenofobia, explotación, desprecio, condescendencia, prejuicios, diferencias culturales, etc) y el concepto de hogar (“El hogar es allí donde tu ausencia no pasa desapercibida”).
“El proyecto Lázaro” es, finalmente, un doble viaje (físico e interior) de su protagonista al centro de sí mismo, con todo lo que eso conlleva.
 

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