de la emoción contenida en cada instante.
Inventa senderos
con solo caminar.
La Sierpe Negra disimula al verla pasar,
La Sierpe Negra disimula al verla pasar,
entretenida con
sus abalorios y quincalla.
La Sierpe otea y abraza los horizontes,
La Sierpe otea y abraza los horizontes,
acogiendo y
trastocando el mundo en su mirada.
Mientras mastica
la tierra
es ola impetuosa
en el mar,
mecida por la
luna
auspiciada por
las estrellas.
La Sierpe altera
los elementos,
se desliza entre
sombras y silencio.
Sabe que en cada
objeto persiste un latido,
un lado oculto a
recuperar.
La Sierpe va saltando
a la pata coja
de nariz torcida
en nariz torcida.
En una vuelta
del camino,
la Sierpe Negra
la espera.
Poema incluido en la antología "Caballo del Alba. Voces de Granada para Federico".
Se trata de un homenaje al poeta a través de poemas que giran alrededor de su asesinato.
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