Teatro Juan José Tamayo, Granada. 17-04-07
Todo vendido y gente sin entrada en la calle para asistir a una reencarnación más del controvertido geniecillo de King Crimson: la formación de guitarristas en gira surgida del Guitar Craft, seminarios ideados por Fripp que reúnen a músicos de todo el planeta. Tensión psicológica: el público ocupando sus asientos mientras adivina nervioso la pequeña figura de Robert Fripp oculta tras su torre de sintetizadores refrigerada por medio de un pequeño ventilador. Sus corazones palpitan al sentarse lentamente cuchicheando nerviosos al ver un poco de mástil de guitarra, una manita o un piececito pulsando uno de los pedales que modulan sus sonidos de guitarra sintetizada: sus célebres Soundscapes, capas y capas de sonido tenue y expansivo y acordes sueltos que en algún momento jugueteaban con “Starless”. Los Paisajes Sonoros sirvieron de presentación e intermedio, así como de suave o escarpado fondo sonoro en muchos momentos, resultando aburridos cuando volaban solos. Los diez guitarristas dirigidos por Hernán Núñez (entre los que se encuentran los españoles Daniel Arias e Ignacio Furones) aparecieron por uno de los pasillos. Su silencio inquebrantable y la subrayable coordinación de movimientos hasta tomar asiento en las sillas colocadas en corro en el escenario, dejaban una cierta sensación de comicidad; incluso al abandonarlo, todas las clavijas quedaban perfectamente colocadas sobre el respaldo de sus respectivos asientos. Diez guitarras acústicas electrificadas afinadas según el novedoso método de la Nueva Afinación Estándar. Guitarras al unísono en absoluta compenetración y entendimiento; contrapuntos, bucles, fraseos, golpes percusivos, arpegios, líneas de bajo. Todo con un sonido cegador de pulcro, con una expresividad directa, sin paliativos, ejecutado con un nivel de perfección que asombró a estas rudas orejas educadas con todo tipo de desmanes. La parcela creativa e improvisadora se reserva a las denominadas “Circulaciones”, donde los músicos se van pasando notas, entre todos, o en dos grupos de cinco, creando sonoridades sobre la marcha en combinación con las sempiternas sonoridades de Fripp. En el repertorio destacaron, además de recreaciones como “Flying” de los Beatles, fundamentalmente momentos estelares de los Crimson, en los que la música resultó más arrolladora, alcanzando mayor elocuencia y carnalidad, como “Eye of the needle”, “Lark´s Thrak” rotunda y cortante, “Vrooom” (con la guitarra de Fripp brevemente desatada), una potente “Red”, ya en bises, o “Intergalactic Boogie Express” que desembocó naturalmente en “Yamanashi blues”. Como tema de despedida eligieron una hechizante lectura del inmortal “Asturias” de Albéniz. En los momentos finales Mr. Fripp se unió al resto de los músicos para saludar, pero, posiblemente, el inoportuno flash de una cámara le hizo salir disparado y nos privó del habitual tema de despedida, con todos tocando, incluido el celoso Fripp, al borde del escenario. Quizá como compensación, los diez aparecieron sin su jefe tocando un último tema junto al puesto de venta de discos. ¿Qué mejor promoción?
Publicado en el nº239 de la revista Ruta 66.
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