06 septiembre 2006

DIRECTO CHRISTINA ROSENVINGE+BELLE AND SEBASTIAN+MERCURY REV

“TERRAL NOCHE 2.006”
Auditorio Municipal de Málaga, 19-07-06.



El Auditorio Municipal de Málaga es un espacio amplio y al aire libre, concebido y diseñado, como su nombre indica, para el disfrute de la música en directo. Todo suena mejor sin ecos, reverberaciones y demás, y hasta el sonido de los aplausos viaja libre e impecable. Los grupos sonaron bien y su música se pudo disfrutar plenamente. Así las cosas, en el inicio de la velada con CHRISTINA ROSENVINGE quedó convenientemente subrayada su mecánica interna de fragilidad y contención. Un quinteto con base rítmica discreta y eficaz, una guitarra de turbulenta vida subterránea, con sus momentos de fragor y un ambiente marcado por notas de piano y chelo secundando la voz susurrante y queda de Christina. En algún momento pensé que un espacio reducido acogería mejor esas canciones, esa tenuidad de engañosa dulzura pop minimalista imbricada de folk y silencios; pero aun en un espacio grande, con mucho menos público del necesario para hacerlo acogedor, brilló su distancia, el punto de frialdad de su quietud. Abrió y cerró al piano, primero con “Continental 62” y “Windows”, y finalmente, tras el trepidante desarrollo de “White Hole”, con un magnífico inédito atravesado de blues y una intensa y dramática recreación de "Tok Tok”. Un final en vertiginoso crescendo que cumplió su cometido de dejar con ganas de más. En medio, temas de los últimos discos como “Submission”, “Glue”, y otros momentos realmente remarcables como “A Liar To Love”, “King Size” o “¿Quién Me Querrá?”.
El pase de BELLE AND SEBASTIAN cumplió con todas las expectativas, fue la actuación sin altibajos ni pasos en falso de un grupo en gira constante, además de una envidiable concatenación de grandes canciones. Los escoceses manejan tal envidiable número de clásicos que cada concierto (con un repertorio siempre cambiante) se convierte en una celebración que cuenta con el factor sorpresa de qué repertorio utilizarán cada vez. Infalibles desde la inicial “Sleep The Clock Around”, pero también algo cansados, volvieron a desplegar esa ya profesional e incesante maquinaria de relevos con músicos entrando y saliendo e intercambiando instrumentos, y de la que brotan melodías, ritmos y armonías que asimilan los patrones que han confeccionado el mejor pop: coros, palmas y bailes; sin guitarras o con tres, con violín o chelo, dúos de melódica, la trompeta sin estridencias de siempre, piano, órgano y sintes, las percusiones, etc. Hubo tiempo para todo, temas clásicos de ep´s, como el acercamiento definitivo a Love que fue “Dog on wheels” o “Jonathan David” y su aire Kinks con ese riff de chispeante órgano psicodélico. Recuperaciones del primer álbum como “The State I Am” cantada inicialmente con el público, o la robótica coreografía de “Electronic Renaissance”. Estuvieron atemperados en la densidad soul y funk de “If She Wants Me”, “Funnie Little Frog” y “Song For A Sunshine”. Sonaron recios en temas como “The Boys Are Still Blue” y su empacho de T-Rex; cantaron baladas alrededor del fuego como “Dress Up In You” con Sarah sentadita en el escenario; realizaron acústicas incursiones como “Judy and The Dream Of Horses”; y resultaron festivos en la saltarina “We Are The Sleepyheads” con sus coros cantarines, la robusta “Sukie In The Graveyard” o “I´m a Cuckoo”. Como único bis dejaron “The Boy With The Arab Strap”. Suficiente. A MERCURY REV les tocó cerrar en contra de lo previsto inicialmente. Salieron con ganas y a por todas, con toda su parafernalia de imágenes, citas y sentencias sobreimpresas en pantalla y su natural querencia por la colección de momentos álgidos. Abrieron con “You´re My Queen”, una de sus composiciones más inmediatas convertida en elocuente aquelarre sónico de más de siete minutos para poner al personal en situación. Con Donahue de sobreinterpretado maestro de ceremonias y Grasshopper disparando al público con el mástil de su guitarra, definitivamente escapado de un casting de Scorsese. Continuaron ganando terreno con “In A Funny Way” (donde los Mercury se encuentran con Pulp y The Jesus & Mary Chain), y “Black Forest”, rompiendo de nuevo con “Vermillion”. Con una base rítmica vibrante y gomosa (esas mazas en “The Dark Is Rising”), el peso del sonido reside en los teclados de Jeff Mercel, un suntuoso manto de tupido terciopelo que cae sobre las composiciones envolviéndolas y elevándolas de principio a fin: pianos, órganos, cuerdas o el theremin de “Tides Of The Moon”. La guitarra de Grasshopper resucitó en algunos momentos, poniéndose al mando de algunos tramos de saludable ruido. La actuación fue intensa, con algo de esa sustancia oscura de los mejores Rev, destacando momentos como la culminante interpretación de “The Dark Is Rising” o “Opus 40” que desembocó en una desgarrada lectura de “Gotta Serve Somebody” de Bob Dylan. El ya disperso y entregado público agradeció los bises, “Holes”, con Jonathan a la acústica, y “Secret For A Song”.


Publicado en el nº231 de la revista Ruta 66.

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