14 agosto 2012

CARTA ABIERTA DE LOS HERMANOS RECIO

Hola, somos Manuel y Berdardino Recio, hermanos. Siempre hemos cuidado nuestro cuerpo, desde que éramos chavales. No digo que nos hayamos vuelto locos haciendo culturismo, ni yendo al gimnasio, lo nuestro ha sido algo más de andar por casa: correr, practicar deportes acuáticos como natación, jugar al fútbol en calidad de aficionados y esas cosas. Todo eso sumado, claro está, a nuestro trabajo en labores agrícolas en el medio rural en un coqueto terreno de explotación familiar durante nuestra primera juventud. Nos mantenemos en forma, y nuestra complexión natural nos dota de una envergadura que sobresale del resto de los compañeros del partido de cada cual, porque, y esto es lo gracioso, cada uno de nosotros somos de una opción política diametralmente opuesta (aunque algunos malintencionados digan que son lo mismo), siguiendo la tradición de nuestros progenitores, cuyas ideologías también estaban claramente enfrentadas. Pero nos llevamos muy bien, y esta cuestión no enturbia nuestra relación fraternal ni la gestión conjunta de nuestros negocios.


En fin, que pequeños no somos, mi Bernardino (yo soy Manuel) ronda el metro ochenta. Nuestras manos son grandes, pero no aprovechamos este hecho incontestable para ejercer la violencia. Podríamos mandarte allí enfrente de un guantazo, pero jamás hemos golpeado a ningún ciudadano y menos ciudadana, y creo que jamás lo haremos.

Siempre hemos ayudado en lo que hemos podido en las actividades del partido, aunque reconozco que nuestra formación académica es limitada; que carecemos de labia, vamos, que es algo muy importante en el desarrollo cotidiano de la labor política en nuestra ya madura democracia. De esa parte se encargan otros compañeros mejor dotados que nosotros en ese ámbito. Nosotros estamos a lo que haya que hacer: ponemos nuestra furgoneta a disposición de todos, llevamos pancartas, acompañamos a los compañeros con labia en sus interlocuciones públicas y todo eso.

Ahora que han comenzado las manifestaciones y las interrupciones en los plenos, nuestra corpulencia ha ganado enteros, nos han recomendado nuestros respectivos partidos que nos apuntemos a un gimnasio y fortalezcamos aún más los músculos, ya que mi nueva misión es asistir a todos los plenos conflictivos y ocupar con mi rotundidad física (y la de otros compañeros y una compañera bombera), sentándome en lugares estratégicos, el mayor espacio dedicado al público posible, dejando poco sitio a los manifestantes para así evitar la sensación de que todo el mundo está en contra del denodado quehacer de nuestras corporaciones municipales y diputaciones. Y la nueva misión de mi hermano (él me dicta ahora) es apoyar con su rotunda presencia (y la de otros compañeros y compañeras) a las personas agredidas por la acción municipal que libremente expresan su desacuerdo interrumpiendo plenos, ocupando mucho sitio en la salón para así dar la sensación de que todo el mundo está en contra de las decisiones de determinadas corporaciones y diputaciones por todos conocidas.

Dicho esto, queremos puntualizar que el hecho de coincidir en las dos últimas “intervenciones” vistiendo ambos la camiseta y la gorra oficiales del equipo de dardos del pub y llevando la misma rebeca de punto que nos hizo nuestra difunta madre ha sido una absoluta y del todo inesperada coincidencia, debida a algún malentendido entre nuestras respectivas esposas y a las circunstancias climatológicas. Y, ante todo, queremos dejar muy claro para la prensa y la opinión pública que NO SOMOS DEL MISMO PARTIDO.

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