26 mayo 2011

PELIGRO: DISGREGACIÓN DEL REBAÑO

Llama la atención la mala fama que están tomando los acontecimientos del 15 M entre algunos sectores tras las elecciones autonómicas y municipales. Resulta inquietante constatar que el único valor real que muchos les concedían era el de servir de azote a la derecha en su previsible ascenso electoral. Lanzar las mismas piedras de siempre contra los mismos sin mirar en ninguna otra dirección. Ser un ente completamente ideologizado en pos de una postura concreta, que muchos apoyarán o no, pero que todos nos sabemos de memoria. La del voto útil laminador, que sostiene que pensar por ti mismo es un lujo innecesario que te puede llevar a conclusiones incorrectas; la que viene a decir: apoyemos siempre a los partidos de izquierda (sobre todo PSOE, claro), porque la derecha será peor; porque las tropelías o errores que llevan a cabo los primeros son en contra de su alma pura mientras que los segundos las cometen porque está en su naturaleza; sígueme durante 850 años porque al final del túnel veremos la luz.

A mí me sorprendió la emergencia y propagación de este movimiento como al que más; no me pareció teledirigido, y no pienso que haya beneficiado al PP, quizá a Zapatero, a nivel personal y en un primer momento, liberándolo por unos días del foco inmediato de las críticas (por lo visto si eres el Presidente del Gobierno durante siete años tienes algo que decir), al decidir ir a la esencia de las cosas profundizando y repartiendo las responsabilidades entre todos los poderes que mantienen maniatada a la sociedad. Se les recrimina el éxito electoral del PP como si ellos tuvieran la misión de despertar a un adormilado y decepcionado electorado de izquierdas; de ser dique frente a la derecha en favor de una izquierda que juega con la misma baraja y que, de igual modo, se complace con que nada cambie realmente; eso sí, mirándote con gesto de circunstancias, porque ya sabes, las cosas son así, vótame y veré si puedo hacer algo.

La lectura que se puede sacar de todo esto es que para unos y otros eres un soñador o un inadaptado si planteas a las claras tu escepticismo frente a un sistema que ningún político parece querer cambiar, acaso retocar para acercarlo a sus intereses y después (siempre después) ya veremos. El que trate de ordenar por escrito y manifestar la absoluta desilusión y pesimismo a que se ha visto finalmente abocada buena parte de la sociedad a estas alturas del juego, el que se atreva a reivindicar el papel del individuo más allá de ser pieza convenientemente cuadriculada y acotada en su pensamiento, es urgido a seguir como espectador o a tomar partido dentro de los parámetros de este caduco y mentiroso sistema, que asume como parte inevitable del mismo las más ruines manipulaciones. Guardarse el papelito que pretende leer en el bolsillo y seguir mirando alelado cómo otros tiran el dado; o largarse y ponerse a jugar con su móvil. Esta situación ha retratado a mucha gente, no sólo políticos, cuya complicidad con el status quo es evidente: periodistas, tertulianos y otros superhéroes han atacado o defendido los acontecimientos conforme pasaban los días según pensaban que podían favorecer o perjudicar sus intereses. Ha sido, en ese sentido, un desnudo colectivo que, y esto es lo peor, no ha ruborizado ni por un segundo a los implicados. Con toda su confusión, creo que ha sido un necesario toque de despertador, un grito limpio en un territorio sucio. Ojalá quede algún rescoldo.