25 noviembre 2011

¿ADÓNDE VOLAREMOS ESTE INVIERNO?

El primer anuncio del invierno
llegó un día antes de lo esperado:
sopló ligero, acompasado
por una catarata de persianas.
Vino cargado de un frío imprevisto
que escarchó voces y murmullos
y propagó lamentos y chasquidos,
entre pasiones enroscadas en sábanas,
lenguas secas y despertadores.
Como un incendio de grises
en el patio de vecinos,
de pronto desnudo y desolado.
Como un aldabonazo
del mundo real sobre sus paredes.
Dejando los tendederos
en esquelético balanceo,
tal que reiterado subrayado
de tembloroso desarraigo.
Avanzó arisco en la mañana,
que lentamente se reblandeció
por un intenso olor a café
que volvió el cielo azabache
y caliente y humeante llovió:
sobre el suelo frío y mudo,
sobre el primer canturreo inconsciente.
O sobre el veterano pijama a rayas,
o la vecina madrugadora,
o la primera radio sintonizada,
o la puntualidad de toses afligidas
que van arrancando esquirlas a la vida;
o sobre llantinas desesperadas,
que se precipitan por los bajantes
por donde resbalan,
en eclosión de despertares,
niños que maúllan como gatos
y gatos que chillan como niños.

1 comentario :

Marisa dijo...

Una vez más : bello