Negro es el color
Congraciar de una manera tan arrolladora punk-rock y soul, cumplió uno de los sueños musicales que muchos albergábamos: lava guitarrera, vértigo y el profundo calado de la voz de Lisa Kekaula conservando vivo el latir del soul. Toda esa visceralidad permanece aquí, pero la cosa cambia, se juega con los detalles, se recrean estilos y los silencios dejan su impronta. Se produce una vuelta acaso a las intenciones sonoras de sus inicios, antes de la entrada de Tony Fate. Es interesante encontrarles ahora retomando el pulso de su sonido primigenio tras haber recorrido centenares de escenarios defendiendo repertorios arrolladores. Música que suda por los cuatro costados r´n´b, y que sube y baja de tensión como en un instintivo ejercicio respiratorio. “Tell The Lie” exuda blaxploitation y “Have A Little Faith” flota en nubes de sedosidad y cuerdas. Hay desarrollos setenteros, puro soul, evoluciones reptantes, arrebato, o momentos francamente especiales como “Lost Disciples”. Hasta en los trallazos se cuelan detalles de estilo.
Publicado en el nº 33 del periódico Diagonal de Madrid.
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