28 mayo 2012

MELANCOLÍA

Ya sé que vivimos una época en la que las leyendas y cuentos ya no empiezan con la muletilla “érase una vez…”, sino con “aunque no me creas te diré…”. Pues eso, aunque no me creáis os diré que en cada país, todas las reservas naturales, las industrias de importancia estratégica y las infraestructuras de interés general nos comunicamos, tenemos un lazo común y secreto, somos una logia, aunque en ocasiones, en nuestras reuniones nos autodenominemos, entre amargura y alcohol del malo, la logia del desamparo. Yo, por ejemplo, soy una mina de esas que se dice que prometen más que dan, pero, hasta hoy, mientras el viento se cuela por las galerías alentando la melancolía de un ejército de voluntariosos mineros cada vez más diezmado, sólo yo sé toda la riqueza que guardo en mi interior. Nuestro sueño es recuperar el brillo que un día tuvimos, lucir en primera plana, ver nuestra biografía y posibilidades económicas profusamente detalladas, leer incluso las mentiras más gordas e interesadas. Queremos ser malvendidas por desidia y codicia, ser reflotadas por codicia tras el consiguiente esfuerzo de inversión; ser esquilmadas con codicia y sin la suficiente planificación y reinversión para continuar dando pan a aquellos que nacieron de las mismas entrañas que nosotras; ser pasto de proclamas patrióticas tan hueras como oportunistas y ser finalmente codiciadas, expropiadas y… mimadas por fin.



Publicado en el nº124 de la revista de humor on line "El Estafador", dedicado a las expropiaciones.

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