28 diciembre 2012
21 diciembre 2012
EL REY DEL 4º DERECHA
Mientras me dirigía al apartamento no pude
dejar de pensar en él. Edu era un arquitecto de éxito, un esteta con pretensiones.
El estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis económica le afectaron de
pleno. Habitaba un amplio piso de soltero situado en el centro de la ciudad, el
templo de su ego, que incluía un inmenso salón que albergaba la cocina, un baño
de generosas dimensiones y dos habitaciones grandes, una utilizada como
despacho y la otra como dormitorio con vestidor. Tras mucho tiempo sin recibir
encargos, empezó a tener dificultades para llegar a fin de mes y para pagar el
alquiler de su fastuoso apartamento. Decidió no confiar a nadie su situación
real; sopesó la idea de cambiar de vivienda, pero su orgullo se lo impidió.
Había soñado toda su vida con abandonar su barrio e instalarse en el centro.
Jamás volvería atrás.
Se le ocurrió una solución transitoria aprovechando esa
penuria que a él le acechaba: realquilaría, incumpliendo su contrato de
arrendamiento, la habitación del despacho. La cosa salió bien, el nuevo
inquilino pagaba religiosamente y aceptaba todos los extras que la codicia de
Edu maquinaba. Dadas las circunstancias, pensó que podría hacer un poco más de
dinero, así que alquiló una cama en una esquina del amplio salón, separándola
con biombos. Como nadie ponía pegas y todos estaban encantados de vivir en el
centro, los biombos proliferaron por toda la casa, dejando el salón reducido a
un sofá y una tele casi pegada a las narices.
Todo se encareció paulatinamente,
usar la cocina costaba una cantidad según tiempo y hora de uso, así como el
baño, la lavadora se puso por las nubes, y los estantes del gran frigorífico
eran algo inalcanzable para la mayoría de inquilinos. Los gastos comunes se
repartían por un curioso método que incluía intereses leoninos y castigos
ejemplares cuando no eran satisfechos. Tras convencer a sus huéspedes de que no
abandonasen su nivel de vida, les hacía préstamos con intereses abusivos y
penalizaciones incruentas, que más de una vez acabaron con alguno en la calle
tras perder su ropa y objetos de valor. Edu, cada vez más alejado del mercado
laboral, disfrutaba en su pequeño reino y ahorraba para retomar la agitada vida
social que llevó en tiempos. A pesar de no ser propietario, en una reunión de
la comunidad de vecinos, tirando de todo el carisma que pudo reunir y de su
condición de arquitecto que tuvo nombre, se comprometió a gestionar y coordinar
todos los trabajos de mantenimiento y limpieza del edificio, que descargó en
sus chicos, la mayoría a cambio de un techo, sin derecho a espacio en el
frigorífico ni llave y con dos duchas semanales algunos. Coincidiendo con esta
tímida expansión, la economía general empeoraba y las necesidades acuciaban.
Así
las cosas, el rey del 4ºD, siguió echando gente, quedándose con sus cosas y
atrayendo otros inquilinos, mediante discretos y estratégicos anuncios, que ya
eran directamente mano de obra barata. Numerosos inmigrantes sin recursos,
estudiantes sin becas, empresarios arruinados, parados y divorciados se
contaban entre sus víctimas; y entre los sospechosos, me dije, mientras
fotografiaba los biombos.
Publicado en el nº146 de la
revista de humor on line "El Estafador", dedicado a
los compañeros de piso.
18 diciembre 2012
14 diciembre 2012
SONRISA
Siempre he sido una persona sonriente, no lo
puedo remediar. A lo largo de los años es algo que me ha granjeado no pocas
ventajas (salvo aquel equívoco que me costó el puñetazo), pero últimamente no trae
más que desgracias a las desgracias. La noticia del desahucio ha sido, sin
duda, lo más duro que me ha ocurrido en mi vida, que desde hace demasiados años
no es más que una cuesta arriba sin sentido, sin final. Salarios cada vez más
bajos, peores contratos y condiciones de trabajo que tenía que asumir con gesto
humilde y agradecido, inestabilidad laboral y una hipoteca que amenazaba mes
tras mes hasta que finalmente nos ahogó. Desempleo, intereses, penalizaciones, cantidades
que se multiplican, deudas que surgen sin saber de dónde; ayudas, prestaciones
y servicios públicos que han formado parte de nuestra existencia que
desaparecen de un día para otro, y, finalmente, la imposibilidad real de afrontar
los pagos. Mi mujer y los niños en casa de mis suegros y yo con mi madre,
avergonzado y hundido. Pero, aún así, la sonrisa vuelve, no lo puedo evitar.
Se acerca la Navidad, evidentemente el peor
momento de todo este proceso, al no poder ofrecer a nuestros niños ni tan
siquiera un hogar propio para recibir y jugar con sus regalos, que serán muchos
menos que el año pasado. El programa de la tele, en un acto revolucionario, quiere
dedicar en Nochebuena un buen rato a hacer conexiones con familias sin hogar
que pasan tan señalada fecha en casas de familiares o incluso refugios. No han
hecho casting (sería algo horrible,
desde luego), pero sí entrevistas previas a muchas familias. A través de una
asociación mi mujer consiguió que nos visitara una reportera del programa.
Durante la conversación, tremendamente emotiva, no pude contener algunas
sonrisas, e incluso al final solté un inesperado chiste; todos se rieron, pero
no nos volvieron a llamar. Mi mujer me ha comunicado esta mañana su intención
de divorciarse a primeros de año. Todo
por la sonrisa.
11 diciembre 2012
APAGÓN (EL RELOJ SIGUE DESCONTANDO)
I
El apagón.
Recibido con decepción suspirada.
Agitación. Sorpresa ahogada
entre miradas sin destino
tratando de concretar imposibles.
El café no pudo escapar de la cafetera
y los objetos se paralizaron,
flotando en un abismo.
Pero siempre hay velas por prender
para morir hipnotizando.
Una pincelada de luz y una penumbra:
centros del mundo bailando.
Da tiempo:
a ser mordido por presentimientos,
a sonreír antiguas alegrías,
a digerir una ausencia,
a meter el futuro en un círculo,
o a que el pensamiento
se deshaga entre los dedos;
atando cabos que
suavemente se van desatando.
II
El silencio.
Atrae ecos olvidados de tu voz de antaño,
o acaso son las muchas palabras que no te he dicho,
que me sobrevuelan,
que se mezclan con el mundo de los grillos
y las maderas que gimen.
O acaso son mis pájaros,
cayendo uno a uno dentro de mi cabeza.
El silencio, que va acumulando sobre los hombros
su presencia, su gota fría;
filtrando estertores de impaciencia,
quejidos de ropa atenazada a los cuerpos,
cada uno en el sillón de su miedo.
Frágil,
interrumpida
por los faros de los coches
en Ciudad-Procacidad.
Exhaladora de alcohol resignado. Cubierta
por infinidad de grillos
suspendidos en el aire. Compuesta
de maderas podridas a punto de ceder
y callejuelas desahuciadas por el trapicheo,
que se disuelven entre meadas
y, envejecidas, muestran los dientes
y sólo ves su vacío mientras
planean una venganza,
convertidas en bocas de lobo difíciles de prever.
IV
Solo.
Sólo tras el apagón
comencé a oír tu respiración,
y la convertí en mi música.
Sólo tras el apagón comprendí la bruma
Sólo tras el apagón encendí la espuma
Ahora sé que mi aliento transmite calor
a un tiempo acabado.
Ahora sé que todas las piedras
terminan siendo la misma piedra
V
La espera.
Esperando que se descascarille la negra pared
¿Hasta dónde puede llegar mi puño?
¿qué puedo romper?
¿qué puedo cambiar?
¿qué grita más fuerte, el odio o el amor?
Extendí mis manos y sentí la libertad,
jugueteando entre mis dedos.
Elevé, tembloroso, las palmas
y sopesé tu presencia
en este agujero.
VI
Promesa rota
de viaje en sorda espiral azulada,
que se irá desgastando por los bordes
al contacto de tus dedos, siempre tus dedos
luz, que muerdes y hasta aquí me llega tu latir:
potente, rechinante de rectas y contornos afilados.
Luz que chillas, paz carcomida en un segundo.
Luz que vuelves cargada de inútiles mensajes.
Estallando en mis párpados
cuando aún trataban de huir.
Poema publicado en el cuaderno de Creación nº10 de Palimpsesto.
07 diciembre 2012
EL FIN DEL MUNDO SERÁ EN ESPAÑA
Año
2.070: Documentos desclasificados del antiguo Centro Nacional de Inteligencia
(CNI).
“El descrédito alcanzado en este 2.015 por la
totalidad de la clase política española, acusada de inoperancia, sumisión al
poder económico y dedicación casi exclusiva a tejer una realidad paralela de
intereses propios y componendas, ha desembocado en tal desapego por parte de la
ciudadanía que se antoja casi irreversible. Por más que queramos, difícilmente
se pueden considerar legítimas ante cualquier observador internacional
elecciones, como las recientes municipales, que cuentan con una participación del 36% en
el mejor de los casos y un alarmante porcentaje de votos nulos. Llegados a este
punto y ante esta inédita, inesperada y delicada situación de cuestionamiento
absoluto del Sistema, susceptible de conducirlo al colapso, con el consiguiente
perjuicio para todos, sin contar el daño irreparable a la imagen exterior de
nuestro país y a la “Marca España” que tanto orgullo y alegría nos depara, una
comisión secreta formada por los líderes de los principales partidos políticos e
instituciones financieras de nuestro país, ha decidido afrontar de manera
directa y definitiva el problema. Para ello ha elaborado la siguiente hoja de
ruta que tiene carácter de secreto de Estado a todos los efectos:
Esta comisión, por unanimidad, y tras valorar
las distintas opciones puestas sobre la mesa, concretadas en las diferentes
subcomisiones de trabajo, ha optado por la nº 1, esto es, propagar de todas las
formas posibles y por todos los medios de comunicación a su alcance, la especie
de que, según un astrólogo del s. XI (detalles a desarrollar), el fin del mundo
se producirá en el momento de mayor esplendor, equilibrio, transparencia y
justicia del planeta. La sensación a nivel global de que todo funciona será algo
así como la dulce antesala del último día (detalles a desarrollar). Por eso,
mientras el mundo sea injusto, desigual y oscuro y haya que seguir sufriendo y
luchando para mejorarlo, no se detendrá.”
“Valoración del resultado de la comisión:
Aceptable.”
Publicado en el nº144 de
la revista de humor on line "El Estafador", dedicado al fin del mundo.
04 diciembre 2012
MICRORRELATO (6): BUCLE
El presente era el estruendo del cohete,
prendido con un cigarro; el futuro su estallido sordo de color, antesala de
caprichosas posibilidades. Y así.
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