“EL PACIENTE ARTESANO”
José Casas, veterano músico sevillano (Arden Lágrimas, Helio, Relicarios), es otro de esos tipos cuyas vidas están marcadas por el pop y las guitarras; especimenes raros que, tan orgullosos como sensibles, y bajo el estigma de la New Wave, los Kinks, Bowie o Paul Weller, se niegan a desaparecer, afortunadamente para todos nosotros. Es una pena que el mercado no permita que José Casas grabe discos con regularidad, un artesano paciente, compositor refinado y con buen gusto, de calado clásico e instinto para el matiz. Y lo que es más importante: exigente consigo mismo. Puedes conocer sus canciones en su web, y si te enteras que en tu ciudad actúan José Casas y La Pistola de Papá, no te los pierdas.
Bueno, cuéntanos la peripecia de “Plasticland” y en qué estado están las cosas.
Plasticland era un proyecto que durante un tiempo permaneció dormido, la idea surgió desde la última etapa de HELIO, en un tiempo muerto, compuse una colección de canciones que quería grabar en solitario, al margen del grupo, luego esta historia se fue completando y en 2003 por fin se publicó, Grabé una maqueta previa donde perfile minuciosamente cada una de las canciones, con esta maqueta acabada, fui contactando con los músicos que me ayudaron a grabarla en el estudio. Tocaron en total 8 músicos a los que repartí los temas. Las baterías las grabaron Paco Parra de Helio, 4 temas, Manolo Escacena, que ha tocado con infinidad de bandas, entre las últimas Señor Chinarro, 2 canciones, y Roque , otro ilustre baterista sevillano que ha militado en un buen puñado de formaciones, puso sus baquetas en 2 composiciones. El bajo lo metió Pacoco de Helio en todos los temas menos uno que lo hizo también Roque, yo me ocupé de todas las guitarras, teclados y coros, para finalizar José Romero y Chencho pusieron las voces. También Álvaro Helio y Sandra Hébridas colaboraron en los coros.
¿No te dio quebraderos de cabeza coordinar a todos los participantes del disco?
No demasiados. Lo curioso es que la banda nunca se vio al completo, pero aun así, creo que el resultado no es para nada frío. Trabajé de forma aislada con cada uno, adaptándome a cuando podían, así ellos se prepararon los temas con la referencia de la maqueta y tras unos pocos ensayos nos citamos en el estudio de grabación para registrar las canciones. De hecho todo eso fue más rápido que la grabación de las guitarras y teclados, que como disponía de todo el tiempo del mundo el estudio, pues me encerraba allí, solo, y me ponía a grabar tomas, probaba aquí y allá. Me lo pasé genial.
¿Por qué el reparto del repertorio entre dos cantantes solistas?
Bueno el criterio fue el mismo por el cual repartí las canciones entre 3 bateristas, para no cargar mucho de trabajo a cada uno. Era más fácil convencer a la gente diciéndole que cantará 3 temas por ejemplo a que se preparara un disco entero. Sólo fue eso, para hacérselo más fácil, ya que prácticamente todos tenían otras bandas y lo que yo no quería era montar una banda previa para el disco.
¿Te has planteado en un futuro lanzarte a cantar tu repertorio?
Uff, siempre estoy a un paso de eso, pero siempre pienso que las canciones se merecen una voz mejor que la mía, la verdad, quizás ya hace tiempo que debí dar ese paso, desde Helio siempre compuse para que luego otra voz cantase mis canciones, como por ejemplo le ha ocurrido a Lapido con los 091, pero él ya se ha decidido a dar ese paso, y pienso que cuanto antes lo haces antes comienzas a labrar tu propio “estilo”. Las canciones hay que defenderlas en directo, con dignidad y no digo que no me crea capaz, pero ocurre que el tipo de canciones que me gustan siempre han agradecido una buena voz, el pop, el powerpop todos esos estilos donde la melodía es importante y donde un buen cantante puede llevar la canción a su máximo rendimiento. No se realmente, pero no es descabellado que algún día lo haga.
¿Cómo va el asunto del directo? ¿Piensas presentar “Plasticland” en algunas ciudades si se normaliza su distribución?
Claro, desde Enero estamos ya rodando por los escenarios y es nuestro deseo seguir presentándolo por toda España.
¿Cómo percibe la música el José Casas actual respecto del de hace quince años?
Me hace gracia cómo los ciclos musicales te quitan o te ponen en órbita. Cuando comenzamos con HELIO, unos chavales imberbes que adoraban la música de los 60, la Nueva Ola nos marcó el camino. Ahora parece que ese estilo lleva algunos años floreciendo, y estilos que se han considerado minoritarios como el powerpop vive buenos tiempos.
Parece que el rock and roll en general está recobrando algo de vida y salud, está claro que el carácter callejero de la música lo tienen ganado desde hace tiempo el hip hop y el rap, que parecen aglutinar todo el espíritu de rebeldía de la adolescencia. Me gusta pensar que aún quedan quienes piensan que con una guitarra se puede mostrar todo el desencanto que se vive a esas edades.
¿Cómo ves la aventura de Helio, desde el momento actual? ¿Qué podía haber cambiado?
Nuestras Historia es como la de tantas bandas, que se quedaron en agua de borrajas: buenas criticas, y sufriendo los oídos sordos de la mayoría. Sufrimos las carencias que suelen padecer las bandas de rock and roll en nuestro país. Llegamos hasta donde un grupo puede llegar con una compañía independiente pequeña. Creo que teníamos un directo bastante “creíble” que para una banda de powerpop es algo importante. Pero con todo esto no quiero decir que no me sienta orgulloso de todo lo que vivimos, sí, fueron años bonitos, y pienso que el legado está ahí, no se si se valoró lo suficiente en su momento o no, pero ahí quedan las canciones, eso es lo importante, para quien quiera oírlas ahí están, nuestra modesta aportación al pop nacional.
¿Das muchas vueltas a las composiciones, o prefieres que preserven su frescura?
Para mí componer sigue conservando ese toque incontrolable que lo hace mágico. Tiene esa parte vital de soltar fantasmas, y luego está el lado de ensoñación, quizá tenga algún parecido con lo que siente un director de cine cuando dirige sus películas, o cuando un pintor crea sus cuadros. Sirve tanto para contar lo que sientes y vives como para meterte en la piel de personajes que están en las antípodas de tu forma de ser. En cuanto a los métodos, no tengo una forma fija, lo mismo una canción sale casi instantánea, que otra se resiste o cambia de forma a última hora, no es raro que alguna composición que estaba casi lista para entrar en el estudio cambie a ultimísima hora por un nuevo enfoque. Tengo claro que al principio como captura de la idea, la frescura es lo más interesante, luego con todo lo que estos años me pueden haber dejado de experiencia, intento conducirla hasta el final. Pero me encanta probar cosas, jugar con las ideas, darles la vuelta, ponerlas casi del revés por decirlo de algún modo.
Creo que los temas están ajustados y perfectamente revestidos, ¿te tentó añadir más arreglos de los que has usado, experimentar más en alguna canción específica?
No, los arreglos que quedaron me los pensé bien y estaban trabajados sin prisas. Vi que los temas funcionaban bien con lo que había y así se quedaron. El trabajar en solitario tiene ese lado bueno, te permite meterte en la piel de cada uno de los músicos, pensar como un bajista, como un batería, eso a la postre creo que te abre el campo, miras la música de una forma más abierta. Aun así siempre pienso en los arreglos como algo que tiene que estar al servicio de la canción, Al final la canción es la que manda. Mantener el espíritu que quiero, por encima de un arreglo u otro. Con los adelantos técnicos de hoy en día, es posible hacer cosas que antes solo estaban al alcance de músicos con muchos medios. Así puedo emular el espíritu casi festivo de búsqueda, que se empezó a tener en la mitad de los 60, cuando los Beatles dejaron de actuar y se metieron a grabar por ejemplo “Revolver”.
¿Qué artistas de los últimos años piensas que tienen marchamo de clásicos?
De entrada me parece que casi siempre las cosas más interesantes musicalmente hablando, se producen lejos de los grupos ya establecidos, bandas incipientes que con aún poco recorrido derrochan frescura y nos traen viento fresco con sus canciones. Pero bueno, por citar algunos, dentro de la escena española me gustaría nombrar a Lapido, que me parece se esta ganando a pulso un puesto entre los indispensables del pop y rock de aquí. Personalmente pienso que si The Sunday Drivers siguen con ese nivel de canciones llegarán bien alto.
De fuera, Paul Weller ha conseguido un estatus de clásico de la escena mundial en cuanto a rock, es un tío al que en el Reino Unido lo consideran bastante influyente y su larga trayectoria lo avala. Por el lado americano, mencionaría a Wilco como “la banda” que ha recogido el testigo de REM, en cuanto a lo que se espera de grupos así, con un buen equilibrio entre imaginación y rock and roll.
¿Qué diferencia hay en tu forma de trabajar las canciones actualmente respecto de tus etapas en grupos? ¿Escuchas sugerencias en el estudio?
Desde siempre compuse en solitario, lo que sí cambia ahora es la forma de montar todos los arreglos, digamos que perfilo más por donde quiero que vayan, que dirección quiero que tomen. Esto ha ido evolucionando, y ahora que tengo una banda fija, La pistola de papá, no pretendo ser el típico líder dictador que impone criterios y le dice a cada uno lo que tenga que hacer. Siempre estoy abierto a las opiniones de los demás músicos, creo que eso va con mi forma de ser, aun así está claro que siempre existirá mucho más peso compositivo mío en el acabado de los temas, más que nada por dedicación.Al final, todo se reduce a la posibilidad de llevar una carrera medianamente constante sin tener que depender de tantas bajas en las formaciones como siempre he tenido que vivir. Si a un músico no le interesa, no puede o no le ve claro puedo contar con otro. Ya sabemos cómo funcionan las cosas del negocio musical y cómo está el panorama para el Rock, el pop, powerpop o como queramos llamar a la gente que hace canciones con bastante presencia de guitarras y melodía.
¿Sigues un proceso compositivo concreto o te mueves por impulsos?
No existe una formula magistral pero si es verdad que acabo siempre usando varias posibilidades, una veces grabo una idea que hoy parece brillante y que solo la escucha posterior varios días después dirá que tal era. Otras escribo alguna letra y eso te lleva a la música, o al contrario. También oír una canción determinada te despierta el instinto, o una película, una escena, un libro, todo lo que te llega con fuerza dentro remueve las ganas de contar algo. Puede sonar cursi, pero vivir con intensidad es la mejor inspiración.
¿Eres un compositor prolífico? ¿Qué porcentaje de composiciones no superan el corte?
No sabría decirte, antes pensaba que lo era, pero luego he tenido periodos de secano, sobre todo creo que por exceso de autoexigencia, temporadas en las que no te gusta casi nada de lo que te sale y luego, mirando con distancia esas mismas canciones, me daba cuenta de que había sido demasiado autocrítico. La perspectiva y la situación de cada momento marcan un poco el punto de vista de todo lo que uno compone o hace. Hace un año y pico leí que Kurt Wagner, del grupo Lambchop se propuso para el trabajo de uno de sus álbumes la tarea de componer un tema cada día, me pareció una idea atractiva para probarla y la llevé a cabo, durante un tiempo cumplía religiosamente esa “obligación” pero luego no pude mantener ese ritmo por que tenia que llevar otras cosas adelante. Pero es curioso como en esas ideas de canciones diarias, se reflejaba el estado de ánimo de cada día. Un buen diario de abordo, si señor.En cuanto a las canciones que se quedan fuera, pues te diré que para Plasticland fueron 3, siempre suele pasar que algunas no entran, pero no quedan “vetadas” para siempre, algunas veces recupero temas que no entraron en otras selecciones.
Bueno, cuéntanos la peripecia de “Plasticland” y en qué estado están las cosas.
Plasticland era un proyecto que durante un tiempo permaneció dormido, la idea surgió desde la última etapa de HELIO, en un tiempo muerto, compuse una colección de canciones que quería grabar en solitario, al margen del grupo, luego esta historia se fue completando y en 2003 por fin se publicó, Grabé una maqueta previa donde perfile minuciosamente cada una de las canciones, con esta maqueta acabada, fui contactando con los músicos que me ayudaron a grabarla en el estudio. Tocaron en total 8 músicos a los que repartí los temas. Las baterías las grabaron Paco Parra de Helio, 4 temas, Manolo Escacena, que ha tocado con infinidad de bandas, entre las últimas Señor Chinarro, 2 canciones, y Roque , otro ilustre baterista sevillano que ha militado en un buen puñado de formaciones, puso sus baquetas en 2 composiciones. El bajo lo metió Pacoco de Helio en todos los temas menos uno que lo hizo también Roque, yo me ocupé de todas las guitarras, teclados y coros, para finalizar José Romero y Chencho pusieron las voces. También Álvaro Helio y Sandra Hébridas colaboraron en los coros.
¿No te dio quebraderos de cabeza coordinar a todos los participantes del disco?
No demasiados. Lo curioso es que la banda nunca se vio al completo, pero aun así, creo que el resultado no es para nada frío. Trabajé de forma aislada con cada uno, adaptándome a cuando podían, así ellos se prepararon los temas con la referencia de la maqueta y tras unos pocos ensayos nos citamos en el estudio de grabación para registrar las canciones. De hecho todo eso fue más rápido que la grabación de las guitarras y teclados, que como disponía de todo el tiempo del mundo el estudio, pues me encerraba allí, solo, y me ponía a grabar tomas, probaba aquí y allá. Me lo pasé genial.
¿Por qué el reparto del repertorio entre dos cantantes solistas?
Bueno el criterio fue el mismo por el cual repartí las canciones entre 3 bateristas, para no cargar mucho de trabajo a cada uno. Era más fácil convencer a la gente diciéndole que cantará 3 temas por ejemplo a que se preparara un disco entero. Sólo fue eso, para hacérselo más fácil, ya que prácticamente todos tenían otras bandas y lo que yo no quería era montar una banda previa para el disco.
¿Te has planteado en un futuro lanzarte a cantar tu repertorio?
Uff, siempre estoy a un paso de eso, pero siempre pienso que las canciones se merecen una voz mejor que la mía, la verdad, quizás ya hace tiempo que debí dar ese paso, desde Helio siempre compuse para que luego otra voz cantase mis canciones, como por ejemplo le ha ocurrido a Lapido con los 091, pero él ya se ha decidido a dar ese paso, y pienso que cuanto antes lo haces antes comienzas a labrar tu propio “estilo”. Las canciones hay que defenderlas en directo, con dignidad y no digo que no me crea capaz, pero ocurre que el tipo de canciones que me gustan siempre han agradecido una buena voz, el pop, el powerpop todos esos estilos donde la melodía es importante y donde un buen cantante puede llevar la canción a su máximo rendimiento. No se realmente, pero no es descabellado que algún día lo haga.
¿Cómo va el asunto del directo? ¿Piensas presentar “Plasticland” en algunas ciudades si se normaliza su distribución?
Claro, desde Enero estamos ya rodando por los escenarios y es nuestro deseo seguir presentándolo por toda España.
¿Cómo percibe la música el José Casas actual respecto del de hace quince años?
Me hace gracia cómo los ciclos musicales te quitan o te ponen en órbita. Cuando comenzamos con HELIO, unos chavales imberbes que adoraban la música de los 60, la Nueva Ola nos marcó el camino. Ahora parece que ese estilo lleva algunos años floreciendo, y estilos que se han considerado minoritarios como el powerpop vive buenos tiempos.
Parece que el rock and roll en general está recobrando algo de vida y salud, está claro que el carácter callejero de la música lo tienen ganado desde hace tiempo el hip hop y el rap, que parecen aglutinar todo el espíritu de rebeldía de la adolescencia. Me gusta pensar que aún quedan quienes piensan que con una guitarra se puede mostrar todo el desencanto que se vive a esas edades.
¿Cómo ves la aventura de Helio, desde el momento actual? ¿Qué podía haber cambiado?
Nuestras Historia es como la de tantas bandas, que se quedaron en agua de borrajas: buenas criticas, y sufriendo los oídos sordos de la mayoría. Sufrimos las carencias que suelen padecer las bandas de rock and roll en nuestro país. Llegamos hasta donde un grupo puede llegar con una compañía independiente pequeña. Creo que teníamos un directo bastante “creíble” que para una banda de powerpop es algo importante. Pero con todo esto no quiero decir que no me sienta orgulloso de todo lo que vivimos, sí, fueron años bonitos, y pienso que el legado está ahí, no se si se valoró lo suficiente en su momento o no, pero ahí quedan las canciones, eso es lo importante, para quien quiera oírlas ahí están, nuestra modesta aportación al pop nacional.
¿Das muchas vueltas a las composiciones, o prefieres que preserven su frescura?
Para mí componer sigue conservando ese toque incontrolable que lo hace mágico. Tiene esa parte vital de soltar fantasmas, y luego está el lado de ensoñación, quizá tenga algún parecido con lo que siente un director de cine cuando dirige sus películas, o cuando un pintor crea sus cuadros. Sirve tanto para contar lo que sientes y vives como para meterte en la piel de personajes que están en las antípodas de tu forma de ser. En cuanto a los métodos, no tengo una forma fija, lo mismo una canción sale casi instantánea, que otra se resiste o cambia de forma a última hora, no es raro que alguna composición que estaba casi lista para entrar en el estudio cambie a ultimísima hora por un nuevo enfoque. Tengo claro que al principio como captura de la idea, la frescura es lo más interesante, luego con todo lo que estos años me pueden haber dejado de experiencia, intento conducirla hasta el final. Pero me encanta probar cosas, jugar con las ideas, darles la vuelta, ponerlas casi del revés por decirlo de algún modo.
Creo que los temas están ajustados y perfectamente revestidos, ¿te tentó añadir más arreglos de los que has usado, experimentar más en alguna canción específica?
No, los arreglos que quedaron me los pensé bien y estaban trabajados sin prisas. Vi que los temas funcionaban bien con lo que había y así se quedaron. El trabajar en solitario tiene ese lado bueno, te permite meterte en la piel de cada uno de los músicos, pensar como un bajista, como un batería, eso a la postre creo que te abre el campo, miras la música de una forma más abierta. Aun así siempre pienso en los arreglos como algo que tiene que estar al servicio de la canción, Al final la canción es la que manda. Mantener el espíritu que quiero, por encima de un arreglo u otro. Con los adelantos técnicos de hoy en día, es posible hacer cosas que antes solo estaban al alcance de músicos con muchos medios. Así puedo emular el espíritu casi festivo de búsqueda, que se empezó a tener en la mitad de los 60, cuando los Beatles dejaron de actuar y se metieron a grabar por ejemplo “Revolver”.
¿Qué artistas de los últimos años piensas que tienen marchamo de clásicos?
De entrada me parece que casi siempre las cosas más interesantes musicalmente hablando, se producen lejos de los grupos ya establecidos, bandas incipientes que con aún poco recorrido derrochan frescura y nos traen viento fresco con sus canciones. Pero bueno, por citar algunos, dentro de la escena española me gustaría nombrar a Lapido, que me parece se esta ganando a pulso un puesto entre los indispensables del pop y rock de aquí. Personalmente pienso que si The Sunday Drivers siguen con ese nivel de canciones llegarán bien alto.
De fuera, Paul Weller ha conseguido un estatus de clásico de la escena mundial en cuanto a rock, es un tío al que en el Reino Unido lo consideran bastante influyente y su larga trayectoria lo avala. Por el lado americano, mencionaría a Wilco como “la banda” que ha recogido el testigo de REM, en cuanto a lo que se espera de grupos así, con un buen equilibrio entre imaginación y rock and roll.
¿Qué diferencia hay en tu forma de trabajar las canciones actualmente respecto de tus etapas en grupos? ¿Escuchas sugerencias en el estudio?
Desde siempre compuse en solitario, lo que sí cambia ahora es la forma de montar todos los arreglos, digamos que perfilo más por donde quiero que vayan, que dirección quiero que tomen. Esto ha ido evolucionando, y ahora que tengo una banda fija, La pistola de papá, no pretendo ser el típico líder dictador que impone criterios y le dice a cada uno lo que tenga que hacer. Siempre estoy abierto a las opiniones de los demás músicos, creo que eso va con mi forma de ser, aun así está claro que siempre existirá mucho más peso compositivo mío en el acabado de los temas, más que nada por dedicación.Al final, todo se reduce a la posibilidad de llevar una carrera medianamente constante sin tener que depender de tantas bajas en las formaciones como siempre he tenido que vivir. Si a un músico no le interesa, no puede o no le ve claro puedo contar con otro. Ya sabemos cómo funcionan las cosas del negocio musical y cómo está el panorama para el Rock, el pop, powerpop o como queramos llamar a la gente que hace canciones con bastante presencia de guitarras y melodía.
¿Sigues un proceso compositivo concreto o te mueves por impulsos?
No existe una formula magistral pero si es verdad que acabo siempre usando varias posibilidades, una veces grabo una idea que hoy parece brillante y que solo la escucha posterior varios días después dirá que tal era. Otras escribo alguna letra y eso te lleva a la música, o al contrario. También oír una canción determinada te despierta el instinto, o una película, una escena, un libro, todo lo que te llega con fuerza dentro remueve las ganas de contar algo. Puede sonar cursi, pero vivir con intensidad es la mejor inspiración.
¿Eres un compositor prolífico? ¿Qué porcentaje de composiciones no superan el corte?
No sabría decirte, antes pensaba que lo era, pero luego he tenido periodos de secano, sobre todo creo que por exceso de autoexigencia, temporadas en las que no te gusta casi nada de lo que te sale y luego, mirando con distancia esas mismas canciones, me daba cuenta de que había sido demasiado autocrítico. La perspectiva y la situación de cada momento marcan un poco el punto de vista de todo lo que uno compone o hace. Hace un año y pico leí que Kurt Wagner, del grupo Lambchop se propuso para el trabajo de uno de sus álbumes la tarea de componer un tema cada día, me pareció una idea atractiva para probarla y la llevé a cabo, durante un tiempo cumplía religiosamente esa “obligación” pero luego no pude mantener ese ritmo por que tenia que llevar otras cosas adelante. Pero es curioso como en esas ideas de canciones diarias, se reflejaba el estado de ánimo de cada día. Un buen diario de abordo, si señor.En cuanto a las canciones que se quedan fuera, pues te diré que para Plasticland fueron 3, siempre suele pasar que algunas no entran, pero no quedan “vetadas” para siempre, algunas veces recupero temas que no entraron en otras selecciones.
Publicado en el nº 241 de la revista Ruta 66.
1 comentario :
Gracias por compartir esta entrevista, es estupenda.
Un beso, Miriam G.
Publicar un comentario