Te espero, mi cielo imperfecto.
Para pensarte, que es esperarte, agacho mi cabeza
Cierro los ojos, tomo aire, y espero.
Todo el campo de mi pensamiento extiende un círculo alrededor
Un círculo que trato de agrandar apretando ojos y dientes hasta ahogarme
Clavándome las uñas.
Un círculo hecho de ventanas que son posibilidades de abrirse o de romperse
Y que tú aparezcas tras un leve rechinar, tras un brillante estallar
Y que yo sienta tus pasos,
Y que te acerques,
Hasta donde yo pueda percibir tu tibieza y aroma,
Hasta donde tú puedas escucharme susurrar “te quiero, te quiero”.