20 marzo 2011

ENFÓCAME

Las horas que pasé contigo son mi abrigo
La aguja de la brújula da vueltas como una loca
Se abrió el abanico definitivamente
El ramillete se deshizo cayendo al suelo
El verbo deshacer desapareció entre mis dedos y todo quedó blanco,
Y todo pasó a ser como recorrer en círculo una pradera
La calle olía a tiempo perdido
Y su hormigueo se volvió sordo
Enfócame

La parte del cielo que yo miro está surcada siempre de aviones
Mientras, mi hilo narrativo es un cable quemado.
Las miradas tropezaron y se evitaron
Se abrieron, se cerraron
Clic, clac, clic, clac
Mientras, los niños se revolvieron y miraron todo lo que sus padres evitaban al pasar.
El mago tropezó con tu magia y agachó la cabeza
Pero siguió su camino, nunca se detiene, implacable.

¿Qué fue de la energía que te impulsaba contra las paredes?
¿Cuándo se produjo la última explosión?
Preguntabas alisándote el cabello.
Mientras, la luz de movía y yo la seguía.

Todas las personas que jamás volví a ver aparecieron juntas la misma mañana
Parecían una desbandada, un desorden de habanos,
Con sus incomprensibles sonrisas como vitolas brillantes.
Pasado derruido, olvido burbujeante.
Ruido de cristales.
Espejismos. Yéndose subsuelo abajo.
Y yo suplicando, golpeando el suelo con la palma de mi mano.
Toda la mala suerte de la que me libré volvió fugazmente su dura mirada
Todas las preguntas me apretaron la garganta.
Toda la oscuridad que no alberga estrellas
Inundó mis venas, proyectándome, dibujándome.

Enfócame
Soy poco, ¿verdad?