- El testigo puede proceder.
- Sí. Recuerdo que hace años estábamos en unas jornadas sobre educación organizadas por el partido, fastidiando al PSOE y parcheando aquí y allá cuando apareció ese fantoche alarmista e hizo que se nos atragantaran los canapés. Intervino y empezó a poner frases hechas sobre la mesa. Que si había que mejorar ostensiblemente la preparación y el sistema de selección del profesorado; que si aquello de ceder y dejar a un lado actitudes partidistas e ideológicas para establecer un verdadero pacto de estado; que si más y mejor inversión en educación, que si tal y cual. Le tocó las narices a todo el mundo, y encima era brillante y buen orador. Continuó atizando allá donde lo dejaron hasta que algunos meses después los de arriba dieron el paso, incluyéndolo dentro del programa R.A.P. (Reformulación y Actualización Política). El tipo en cuestión desapareció del mapa y tiempo después, aprovechando parte del desparpajo y elocuencia del original, apareció el nuevo Wert. Fue uno de los primeros Individuos, por lo que presentaba ciertas imperfecciones que otras reformulaciones posteriores han superado totalmente. Entre ellas algunos tics, los saltitos y la sobreexcitación al hablar, cierta sonrisa entre tensa y bobalicona (excesiva a todas luces al combinarla con unos ojos más saltones que antaño); una irrefrenable tendencia a verbalizar pensamientos sin filtro; movimientos de cuello ondulantes como los perritos de adorno que mueven la cabeza en los coches, etc. Debido a todos estos fallos dio que hablar y en algún momento caldeó el ambiente de forma inesperada, pero ya estaba desactivado.
Publicado en el nº139 de la revista de humor on line "El Estafador", dedicado al ministro Wert.
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