Mudé de
piel vigorosamente
pero
quedé en el lado viejo.
El
centauro prometió,
con un
gesto,
llevarme
tras el latido,
pero no
hace más que cruzar la calle
arrastrándose,
cabizbajo
y molesto
por las
pocas garantías
que le
ofrezco de,
por una
vez,
volver
volando y sonriendo.
Poema publicado en el cuaderno de
Creación nº12 de Palimpsesto.
1 comentario :
Precioso...
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