18 marzo 2019

“YOU REALLY GOT ME”. ALGUNAS VERSIONES


La primera vez que The Kinks presentaron en directo “You really got me” fue el 13 de marzo de 1964, en el Bodega Club de Manchester. Se trató inicialmente, según Ray Davies, de un intento de componer algo más jazzístico, al estilo de Mose Allison. Un acto de rebeldía ante las presiones de PYE para que compusiera material en la línea de The Beatles. Una manera de superar el sonido Mersey, pero con algo propio, no echando mano como siempre de material venido de Estados Unidos.  La primera idea de la canción la registró a los quince años en su vieja grabadora Grundig; y, a pesar de que los créditos atribuyen su autoría solo a Ray, la aportación de Dave en el inolvidable riff es fundamental. El 18 de marzo entraron en los estudios Regent Sound para grabar una primera maqueta que, curiosamente, no entusiasmó a la compañía, obsesionada como estaba por eliminar todo rastro de blues de su repertorio en beneficio del pop. A pesar de eso, desde el principio se convirtió en el momento culmen de sus conciertos. El “Girl” inicial, que aclara el destinatario de la canción, fue incluido por Ray a sugerencia de Hal Carter, el encargado en aquellos primeros días de supervisar la puesta en escena del grupo, que le recomendó evitar ambigüedades. Después de dos singles sin dar en la tecla, la decisión acerca de la canción a lanzar en el tercero se antojaba peliaguda. Pero, tras mucho insistir, Ray consiguió que el tema elegido fuese “You really got me”, que se grabó el 14 de junio en los estudios de Marble Arch. En esa ocasión, y como forma de garantizar la solvencia del sencillo, la discográfica impuso a Bobby Graham como batería en vez de Mick Avory, al que consideraban poco avezado; asegurándose además la presencia de Shel Talmy como productor. El resultado, que no llegó a ver la luz, fue decepcionante para la banda. Ellos buscaban ese efecto magnético e irresistible del crudo riff que Dave se sacó de su amplificador Elpico aquella inspirada tarde en que ayudó a Ray a rematar la composición, en el salón de la casa paterna. La producción, demasiado “ambiciosa”, sepultaba el efecto instantáneo de la canción, ese golpe seco y áspero de rotundidad, distorsión y urgente ansiedad que la convertiría en referente inmediato de miles de grupos de pop, hard-rock, garage o punk. La negativa de compañía y productor a acceder a las pretensiones de Ray Davies de regrabar la canción hicieron que este amenazase con abandonar el grupo e incluso la música. Davies, a sus 19 años, parecía ser perfectamente consciente de que tenía algo muy especial entre manos. Finalmente, un trámite contractual les permitió contar con unos días extra antes de que PYE tuviese derecho a lanzar el single. En ese plazo eran libres de volver a grabar la canción, pero corriendo ellos con los gastos. Así pues, contando con 200 libras adelantadas por sus representantes, acudieron a los estudios ICB de Londres el 12 de julio con el firme propósito de registrar la canción tal y como sonaba en sus directos. A los músicos que tocaron en la primera versión se añadiría el insistente piano de Arthur Greenslade y la presencia, esta vez sí, de Avory, pero limitándose a tocar la pandereta. Usaron una grabadora de una sola pista y grabaron tocando todos a la vez la pista instrumental. Después, Ray derrochó energía cantando mientras la música le atronaba por los auriculares, incluyendo esos quince segundos del incandescente y agresivo solo de Dave, que algunos rumores quisieron atribuir a Jimmy Page. La canción apareció en single en Gran Bretaña el 4 de agosto, dos días después de haber noqueado a los mismísimos The Beatles tocando antes que ellos la canción en un concierto en Bournemouth. Era su tercer sencillo antes de publicar su primer elepé, un par de meses más tarde. La cara B la ocupó “It’s all right”. El éxito fue inmediato, y alcanzó el nº1 en el Reino Unido y el séptimo lugar en EE.UU. Dos minutos y veinte segundos que le dieron la vuelta a la forma de entender y tocar la música rock.



Ese mismo 1964, The Moments, grupo en que militaba Steve Marriott, ya grabó un single con una versión de “You really got me” en el sello World Artists, solo para el mercado estadounidense. Esta lectura, tan enérgica y garagera como la original, aunque más ralentizada, hace hincapié en la esencia blues de la composición. TheThirteen Floor Elevators la solían hacer en directo en su época más impactante, como atestigua su “Live in Austin” (1978), que recoge un concierto de 1967. Allí alargan el tema hasta los seis minutos y medio, sumergiéndolo en su rasposa y punzante enredadera psycho-garagera. En 1969, una expansiva y endurecida versión instrumental, que empieza a mostrar el juego que la composición puede dar a los músicos con querencias hard rock y progresivas, sirvió para abrir el primer elepé de Mott The Hoople. En 1978, Robert Palmer incluye su revisión en “Double fun”, su cuarto disco en solitario. Una plácida mirada de soul blanco de exuberancia limitada, subrayada de metales y suave funk, con solo de saxo incluido.

The Moments


Ese mismo año apareció la versión de Van Halen. Fue el primer single de su primer elepé y supuso un gran éxito, tanto que muchos creían que eran los Kinks quienes versionaban a Van Halen. Ray Davies comentaba que, después de los conciertos, muchas chicas de dieciocho años se le acercaban para agradecerle que hubiesen tocado un tema de Van Halen. De aquí viene que la canción sea considerada también precursora del heavy metal. En 1980, la versiona Silicon Teens, efímero proyecto de banda ficticia de pop electrónico desarrollado a medias entre el fundador del sello Mute, Daniel Miller y Frank Tovey. No se complicaban demasiado la vida, pero tenían su gracia. Se dedicaban mayormente a llevar al terreno sintético inmarcesibles clásicos del rock and roll. Aquí se demuestra que su irresistible atractivo brilla con luz propia en el mundo del sonido comprimido.

Silicon Teens


Sly and The Family Stone incluyeron su versión en su último disco, “Ain’t buy the one way” (1982). Un álbum completado por su productor y lanzando en contra de la opinión de un Sly diluyéndose como un azucarillo. La interpretación, engrandecida con coros góspel, traslada la canción al estimulante territorio funk sin estridencias del último Sly Stone, como no podría ser de otra manera. Mariska Veres Shocking Jazz Quartet, la formación jazzística de la antigua cantante de Shocking Blue, la lleva a su vez, en 1993, al terreno del swing, con apreciables resultados. En 2010, Ali Campbell, cantante de UB40, realiza una interesante adaptación en su disco “Great british songs”. Como su nombre indica, una revisión en plan reggae atractivo y sofisticado de clásicos de siempre del pop británico.



En nuestro país, unos Salvajes remozados (con Gaby Alegret como único representante de la formación original), giran hacia el rock duro y vuelven a la carga con el elepé homónimo de 1981. En un disco plagado de contundentes adaptaciones de clásicos de los sesenta, graban “You really got me” como “Me has cazado”. Los Cardíacos la adaptan acertadamente como “Te vas a enterar” en su disco de 1986, “Nuevas aventuras”, siguiendo la concreción y la rotundidad de la original. Un trabajo este que contenía, además, otras memorables adaptaciones al castellano de clásicos del soul.



Por último, recordaremos la interpretación conjunta con Metallica en el disco de duetos de Ray Davies de 2010. “See my friends”. Creo que eran conscientes de que estaban ante un maestro.  

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