Arancha
Moreno “Conversaciones con José Ignacio Lapido” (Efe Eme, 2021)
Ella pregunta y siempre escucha
hasta el final. Va paso a paso, estructurando la charla cronológicamente, pero
sin constreñir nada; creando el clima de complicidad adecuado. Cede todo el
protagonismo a su interlocutor, algo no tan frecuente en estas lides. La autora
deja espacio para el encuentro del lector con José Ignacio Lapido. No se coloca entre ambos, afanándose por
hacerse notar. Se trata de una serie de conversaciones que se enriquecen y
avanzan distendidas a base de digresiones, golpes de humor, reflexiones
espontáneas y giros inesperados. No hay prisa, se nos narran las vicisitudes de
un recorrido artístico al que no han conseguido doblegar ni el tiempo ni las
modas, con todo lo que eso tiene de epopeya. La historia de un descreído que,
por fortuna, nunca perdió la curiosidad. Más tarde, la autora se encargará de reordenar
el contenido de cada capítulo mediante precisas e impagables introducciones.
El entrevistado, durante
todo este accidentado y valiente proceso (que va de las charlas telemáticas
provocadas por el estado de alarma recién decretado a los encuentros cara a
cara), exhala el humo de su cigarrillo y rememora las idas y venidas de toda
una vida dedicada a la música. Explica. Contesta. Inquiere y se cuestiona. Se
muestra bastante autocrítico y nada autocomplaciente. Habla con detalle de sus
inicios, de 091, de su carrera en solitario. Reflexiona acerca de sus textos, del
proceso creativo y de las dificultades que atraviesa el autor durante el mismo.
Expone con naturalidad cavilaciones y opiniones de todo orden: el devenir de la
industria musical (con sus navajeos) y del consumo cultural en general. El
acceso a la música, su consideración por el oyente, la forma de escucharla…, y
un suculento etcétera.
La autora, provista del
bagaje de una documentación exhaustiva, indaga y ahonda, como debe ser, en
facetas poco conocidas de la persona que tiene enfrente. Así hasta terminar de
componer el puzle de todo lo que ha ido conformando a un artista cada vez más
inabarcable, en el sentido que el propio José Ignacio da a la obra de Dylan durante una de las charlas. Es un
libro que parte de la admiración, pero huye del panegírico; que escarba y trata
de ir más allá.
El amplio itinerario de
este viaje aborda profusamente lo general sin dejar de demorarse en el detalle,
sirviendo tanto al iniciado como a quien se acerque por primera vez al universo
lapidiano. Arancha Moreno, directora de la revista Efe Eme, y autora también de
libros sobre Coque Malla e Iván Ferreiro, completa con este, que
será revisitado con frecuencia en el futuro, el retrato de un compositor cuya
pluma constituye un hecho literario de primer orden que ante todo es canción y
es rocanrol.
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