23 septiembre 2011

LOS AÑOS

Qué son los años ya,
sino pájaros cansados
que aletean desnortados,
desgajándose de mí.
Perdiéndose más allá de mi ventana,
dejándose ir sin sentido alguno,
esparciendo su rastro erosionado
de huellas equívocas.
A pesar de todo,
sé que el más tripudo
te lleva dentro,
bien resguardada en el pasado,
pero latiendo.
Por eso, desde esta dimensión perdida,
aprieto fuerte los ojos y susurro:
“Piénsame, hazme rebrotar un momento.
Escucha mi risa, mi voz, mi llanto.
Mírame, que yo te estaré mirando.
Añórame, arrastra los dedos por mi recuerdo,
y, sólo durante un instante,
siéntete morir por mí”.