30 septiembre 2011

EL FRANCOTIRADOR

El francotirador que llevo dentro
camina a mi paso, quizá un poco más lento.
No mueve nervioso el pie cuando nos sentamos
ni hunde las manos en los bolsillos en las colas.
El francotirador que llevo dentro
nunca se sumerge en la apatía,
se fija mejor que yo en los detalles,
y rescata colores perdidos para mi retina.
Es mi única esperanza de apuntar bien un día,
hacia un punto aún por determinar.