Los Rolling Stones, siempre un paso tras los Beatles en cuestiones de oportunidad, quisieron emular de la mano del ambicioso maestro de ceremonias Mick Jagger el efecto del más que irregular “Magical Mistery Tour” de los de Liverpool. La idea era simple: mezclar en una carpa de circo números circenses y actuaciones musicales. El resultado se alejó bastante de las pretensiones iniciales por diversos motivos, quizá el fundamental la oposición de su representante, Allen Klein (que posteriormente hizo la jugada de quedarse con los derechos y ocultar su publicación hasta 1.995). Además, Johnny Cash rehusó, los Isley Brothers no tenían hueco, los manejos de Klein evitaron la contratación de Dr. John y los Flying Burrito Brothers, Steve Winwood alegó enfermedad, y el cuco Jagger vetó la actuación de The New Yardbirds (Led Zeppelin).
El espectáculo refleja el aire decadente e invariablemente fuera de época que siempre rodea a los circos tradicionales; y una mezcla de buen rollo fumeta, extravagancia, colorido, absurdo e ironía; algo más creíble en ellos, que nunca terminaron de creerse aquello del flower-power y la psicodelia. Ante un público disfrazado con ponchos y sombreros, cada stone presenta a una banda, entre medias aparecen nostálgicos números de circo. Primero aparecen unos bisoños JETHRO TULL aún borrachos de blues, con “Song For Jeffrey” que era su segundo single (aún no habían publicado ningún elepé). Keith Richards presenta a THE WHO, un auténtico vendaval en directo con la acertada elección de las seis partes de “A Quick One While He´s Away”, esa especie de ensayo general de “Tommy” que aparecía en su grandioso segundo elepé de 1.966, “A Quick One”. Muchos piensan que esta actuación saco de la pista (nunca mejor dicho) a los Stones, empezando por ellos mismos, que se plantearon regrabar su actuación (yo no comparto esa opinión). TAJ MAHAL, que no consiguió por las prisas permiso de trabajo y hubo de actuar casi de incógnito, presentó un fibroso “Ain´t That A Lot Of Love” (perteneciente a su elepé del mismo año “The Nach´t Blues”). MARIANNE FAITHFULL, sentada y vestida de oscura y enigmática princesa interpreta la que sería cara b de su single “Sister Morphine”, “Something Better” de Barry Mann y Jerry Goffin.
THE DIRTY MAC (nombre que hacía parodia de unos recientes Fleetwood Mac), es la mayor aportación de este documento para la leyenda. Se trata de un supergrupo formado por John Lennon, Eric Clapton, Keith Richards (al que se le iba un color y le venía otro) como bajista y Mitch Mitchell de la Jimi Hendrix Experience a la batería. Interpretaron el “Yer Blues” del álbum blanco de los Beatles, con la increíble aportación a la guitarra de un Clapton en plena forma. Yoko Ono hace más o menos lo de siempre, se echa una manta y se coloca en el suelo junto a Lennon. Para el siguiente tema el absurdo alcanza cimas memorables, Dirty Mac inician una improvisación básica de r´n´b a la que se suman el despistado violinista clásico IVRY GITLIS (Brian Jones lo conoció en Paris y se empeñó, en aquellos sus peores momentos, en invitarle aunque no pegase ni con cola) y YOKO ONO, limitándose ésta a chillarle al micro sin asomo de piedad.
Después Lennon dice “and now…” y comienza la actuación de los Rolling Stones. Su selección es estupenda: el single “Jumping Jack Flash”; “Parachute Woman”, “No Expectations”, un incendiario “Sympathy For The Devil" y “Salt Of The Earth” (con todos cantando sobre la grabación de la música) del esencial “Beggars Banquet” y “You can´t Always Get What You Want”, tema de la misma época que se incluirá el año siguiente en “Let It Bleed”. A mí esa actuación me encanta, refleja perfectamente a los Stones de esa época, el inicio de la etapa Jimmy Miller, la mejor. Ahí están Nicky Hopkins al piano y Rocky Dijon a las congas y maracas, Mick evolucionando poseído por aquel escenario en forma de T, o la slide y la sonrisa infantil de un ojeroso Brian Jones en su última aparición con los Rolling Stones. Como dice Townsend, las circunstancias han hecho de él prácticamente un documental, el retrato de un momento muy concreto congelado durante veinticinco años. Qué queréis que os diga, a mí me gusta revisarlo de vez en cuando.
Como extras, la edición DVD incluye una interesante entrevista en la actualidad con Pete Townsend, tres cortes inéditos de Taj Mahal (“Checkin Up On My Baby”, “Leaving Trunk” y “Corinna”), la actuación del pianista clásico Julius Katchen, tomas de The Dirty Mac, una extensa galería de fotos y una interesante remezcla en vídeo de “Sympathy For The Devil” a cargo de Fatboy Slim.
* Algunos datos, los más enjundiosos me temo, pertenecen al libro de Stephen Davis “Rolling Stones. Los Viejos Dioses Nunca Mueren”.