Fíjate en el día que hace. La mañana es
espléndida, tornasolada, incontenible. Parece imposible que pueda resultar tan
maravillosa. Todo es como una gran fotografía de colores muy vivos, ¿verdad? Es
fabuloso madrugar en verano. Respira hondo, así, fuerte, ¿notas que se aspira
una especie de rocío perfumado, pleno de frescura? Sopla un viento ligero que
remueve un aire limpio que acaricia, lleno de posibilidades. Mira la luz, el
verde tan intenso de los árboles. Posa tu mano sobre la tierra húmeda,
esponjosa, fértil; piensa en toda la vida que contiene. Siente la tibieza del
sol, tan presente; parece que pudiésemos acurrucarnos en ella. Seguro que el
mar hoy estará tranquilo, sosegado, dominando la fuerza inverosímil de su
nervio azul. Las flores del parque van a estallar en cualquier momento, en los
macizos destaca un color rojo que duele, y su olor embriaga, aturde, invita a
cerrar los ojos sin más y dejarse ir ¿No percibes en días así, que la felicidad
es como si te tocase?, ¿no tienes la sensación de que puedes empujar al miedo
para apartarlo de ti?, ¿no te sientes como si acabase de pasar a tu lado la
mujer más hermosa del mundo? Espera impaciente un espléndido atardecer.
Acaricia con tu mirada la suave curva de las colinas sobre las que pronto
comenzará a arder el crepúsculo, ese continuo deshojar de fuego y miel. Mira,
mira el cielo azul intenso, los hilachos de nubes, que parecen a punto de caer
sobre ti como una caricia de lana. Observa aquel avión, cómo suena, es
increíble la claridad con la que se le ve surcar el cielo; su precisión pasa como
una película ante nuestros ojos ¿A que sí?
Piensa en los niños que salen corriendo del
colegio, tan confiados; en sus risas y gritos, en su entusiasmo sin freno, en
su excitación casi irracional. Explotan en carcajadas cuando tropiezan y caen,
se levantan, sacuden sus manitas y continúan corriendo, persiguiéndose; algunos
con los brazos hacia atrás como si fuesen aviones o superhéroes. Mira los
parques, las redondeadas formas de los columpios, la vegetación que los rodea, la
paz de los bancos que poco a poco se van poblando de abuelitos.
Abraza la naturaleza y, sí, la vida también,
y olvídate de lo que hemos hecho.
Publicado en el nº 182 de la revista de humor on line "El Estafador", dedicado a la felicidad.
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