29 junio 2012

EUROCOPA NIGHTMARE

Segundos antes de que comenzase el partido estábamos entre el público, expectantes, respirando un ambiente sombrío, como de ceniza. Pero cuando el árbitro pitó el inicio corríamos por el césped en pos de un balón huidizo cuyo control se nos negaba. El equipo contrario nos marcaba con asiduidad y orden, y celebraba sus goles con medias sonrisas, carraspeos y apretones de manos. El terreno estaba embarrado, como hundido, y casi no podíamos avanzar; los rivales, con sus férreos marcajes, nos tiraban al suelo y si nos quejábamos al árbitro, éste nos echaba agriamente en cara nuestro comportamiento de antaño. Expiando nuestros pecados bajo una lluvia ahora pegajosa, mientras nos reprochábamos violentamente los unos a los otros, veíamos estrecharse la portería conforme nos acercábamos al área contraria, tanto que ante el lanzamiento de una falta, una barrera formada por decenas de defensores con el mismo rostro nos impedía siquiera intuirla. Ante la posibilidad de un córner, volvimos a ser público que sacando fuerzas de flaqueza animaba a su equipo ante el impertérrito desdén de un graderío granítico. Después, al ir a sacarlo, noté que la línea de fondo se alargaba mecánicamente, alejándome de la portería. Abrí los brazos desesperado ante el árbitro, y éste me dijo algo de medidas relativas, tanto para las porterías como para el terreno de juego; habló de una reunión, de un nuevo reglamento; se burló de mi desconocimiento y me sacó tarjeta amarilla por perder tiempo, aunque íbamos perdiendo. En un partido llamado a durar años que ni jugadores ni público teníamos posibilidad de abandonar.



Publicado en el nº130 de la revista de humor on line "El Estafador", dedicado a la Eurocopa 2.012 y los rescates, llamado España-Grecia..


27 junio 2012

EL DÍA VAMPUI

Dieter Vampui fue un delantero desgarbado que siempre jugó en conjuntos modestos de la Eredivisie. En su última temporada su equipo se jugaba el descenso en un encuentro crucial. Sólo valía la victoria. Un abarrotado estadio vio entonces cómo Dieter se hacía con un balón dividido en su propio campo y, al no tener una opción clara de pase, optó por cabalgar en pos de la portería contraria. Pocos metros después los defensas rivales, bastante más rápidos, ya le iban alcanzando, pero él aguantaba la posición y el control del esférico como podía, sin poder de desborde, sólo con voluntad y dientes apretados. Al llegar al área dos defensas y el portero se le echaron encima para evitar una ocasión clara de gol, el penalty estaba cantado, pero Dieter luchó por mantener el equilibrio y el balón. Lanzó a puerta y su disparó se fue a las nubes. Diez minutos más tarde su equipo descendía. Tras semanas de furibundas críticas por su fallo, su actitud obcecada y su falta de sentido práctico al no dejarse simplemente caer, el mito fue creciendo. En la actualidad, ese ejercicio de épica y honestidad es imitado por miles de aficionados en el conocido como Día Vampui, recorriendo centenares de terrenos de juego sólo con la portería entre las cejas.



Publicado en el nº5 del e-zine "panfletario-cultural" O Barbarie, dedicado a la Eurocopa 2.012 y al fútbol en general.




25 junio 2012

QUEMARLO TODO

Procedió a escribir su columna diaria. El proceso era el de siempre, “quemarlo todo” lo llamaba él. Cazar al vuelo lo que pasaba por su cabeza. Teclear absolutamente todo lo que pensaba acerca del asunto del día gritando a la vez sus opiniones, lanzando insultos y todo el vitriolo de su mordacidad contra la pared de enfrente. Todo discurría velozmente, las ideas, las conexiones, las conclusiones, el café. El dedo acusador no temblaba. Las palabras saltaban a la pantalla entre faltas de ortografía, metáforas lacerantes y ominosas comparaciones. La crueldad formaba una sonrisa y una fuerza única galopaba por sus venas, empujando hacia la punta de sus dedos. 

   Pasada una media hora entre cigarrillos llegó el momento de corregir, ir eliminando esos errores ortográficos que poseían un vigor que solo él comprendía. Adecuar los caracteres al tamaño de la columna. Respirar hondo, reflexionar, repensar, recular, respirar hondo. Confirmar algunos datos. Retirar la mano de la ratonera. Evitar quedarse a la intemperie. Tratar de ser justo. No ser cruel. Ser agudo pero sin cargar las tintas. No cebarse en este o aquel. ¿Para qué crearse un enemigo pudiendo evitarlo? Suavizar. Relativizar. Guardar la ropa. Dar una de cal y otra de arena. Sin embargo, segundos antes de mandarla, decidió no guardar los cambios y enviar por una vez en su vida la primera versión.



Texto incluido en el libro de relatos de Juanfran Molina "Ciclorama".





22 junio 2012

BERANO

La niña escribe plácidamente en una graciosa pizarrita cuando la madre se abalanza sobre ella, gritando mientras corrige con dedos de uñas largas la palabra verano. La tiza cae al suelo y la niña llora desconsolada. La calle absorbe ese llanto sin fin y parece un poco más empinada que la semana pasada. No queda aparcamiento. Un extraño coche de grandes ruedas da vueltas alrededor de una fuente seca anunciando con desmesura una marca de bebida que nadie conseguirá olvidar. Le sigue, expectante, un tipo al volante de una vieja furgoneta, sin camiseta y con un porro en la boca. Desde las ventanas abiertas, la publicidad suena ahora a meloso reproche que sigue descargando frustración en la gente. Llega el verano a la ciudad de las miradas que siempre buscan otro verano. Llega este verano, que es coctelera llena de piedras y espejismos, y avanza con sus inmensas patas de elefante y su sinfonía de sudor y tatuajes. La realidad mira fijamente, el asfalto tiembla con el calor y las banderas de España de los balcones permanecen mudas. Un camarero enjuto coloca las decenas de mesas de plástico rojo en una terraza de humo de coches que solo él atenderá. Las familias llegan y toman asiento con la crisis en la cabeza y en los lamentos. Cigarrillos, voces que interrumpen otras voces y niños que estorban y son amenazados por un padre con pantalón pirata y perilla. El sol, en su obstinada y absurda resistencia a desaparecer, cuece soledades y miedos que se sientan en bancos que antes únicamente ocupaban conversaciones de abuelos y litros de cerveza vacíos. En la radio alguien babea suspirando por la canción del verano, que no termina de llegar. Y, mientras,  la gran mentira extiende su sombra hasta la playa.




Texto incluido en el libro de relatos de Juanfran Molina "Ciclorama".

15 junio 2012

ATENTAMENTE

“Partiendo de la base de la gran aportación de luz y color que un patio lleno de macetas aporta a nuestra idiosincrasia e identidad, a la industria del turismo sostenible que tanto nos aporta a todos y a una proyección exterior amable, palpable muestra de nuestra típica hospitalidad, ligada milenariamente a la ecología y a la economía sostenible. Teniendo en cuenta que dispongo de un soleado patio (documento 1) de 15,70 m2 con maceteros de 40 cm de diámetro (foto 1), ocupando en dos filas paralelas separadas por 50 cm todo el perímetro de paredes esmeradamente encaladas de blanco inmaculado (foto 2), y que en el suelo revestido de azulejo típico de la tierra esmeradamente escogido (foto 3) se ubican macetas en toda su extensión de la más variada flora autóctona (salvo el lógico paso previsto para labores de riego y mantenimiento técnico y visitas cultural-turísticas, y el espacio ocupado por una antigua moto fotografiable e idiosincrática situada al fondo). Y contando además con los gastos de agua, tierra, reposición de semillas, dedicación personalizada, acompañamiento de visitantes y la necesaria vigilancia perruna de raza, solicito a esa Dirección General subvención de 81,50 € mensuales por macetero con planta.
Atentamente”.

“Habiendo valorado detenidamente, en comisión reunida a tal efecto, su solicitud, resuelvo concederla en los términos expresados en la normativa vigente, recordándole la obligación de colocar en lugar bien visible de una de las paredes de blanco encalado, logotipo de nuestra Comunidad Autónoma de 50x50 cm, el cual le será suministrado a su debido tiempo, y avisándole de la correspondiente visita de inspección que tendrá lugar una mañana que refresque un poco.
Atentamente”.



Publicado en el nº126 de la revista de humor on line "El Estafador", dedicado a las subvenciones.

10 junio 2012

TREINTAÑEROS

En estos tiempos de infinita juventud mental, te deslizas en la treintena y la surcas sin notarlo: las aguas no cambian de temperatura. Y sigues pensando, con tu cerveza en la mano, que el vecino calvo podría ser tu padre hasta que te enteras de que es seis meses más joven que tú. Cuando yo era niño todos los treintañeros tenían trabajo, hijos y gesto grave, a veces remarcado por un bigote, y un cigarro en la mano. Eran definidos proyectos de senectud que sólo derrapaban en las verbenas y las bodas. Si eran modernos, quizá el pelo largo y un ligero olor a porro. Si habían escuchado alguna vez rock ya lo tenían sepultado en lo más sombrío del subconsciente. No es como ahora, que músicos y seguidores sin empleo estable envejecemos juntos aún por definir, sin saber a quién dejar nuestra herencia de canciones y discotecas. Y salimos de la catacumba de un concierto apartando con el pie los restos del último botellón. Y es que la insolente juventud actual es capaz de llamarte viejo desde un coche con Carlos Baute a todo trapo mientras tus cascos despiden a Iggy (uno que nunca envejece). En fin, te despistas y un día descubres que ese central de presencia tan adulta e intimidante es diez años más joven que tú y ya no lees más estadísticas de fútbol, por miedo a conocer la edad de los árbitros. Y abres otra cerveza.



Publicado en el nº126 de la revista de humor on line "El Estafador", dedicado a los treintañeros.

08 junio 2012

BANK, BANK

Minutos antes de asistir a la concentración frente a la sucursal de Bank para protestar por las desorbitadas ayudas millonarias que recibirá del Estado, Rober sacó de su cartera las tarjetas de esa misma entidad y las guardó en un cajón junto a las requetesubrayadas condiciones de su inversión. Mientras se acercaba, deseando que las ayudas no fuesen retiradas del todo, recordó su patosa participación adolescente en el asalto a una caja de un pueblo, hecho que casi acaba con él y losa que aún le acompañaba. Cuando abrió su primera cuenta de ahorro como paso de gigante hacia la normalización social, en tiempos en que los bancos, tan distantes, podían ser miserables, generalmente insensibles, pero aún no te perseguían por teléfono para venderte cualquier cosa. Las domiciliaciones, las tarjetas, cuando todos le decían que ya nadie inteligente manejaba dinero en metálico, que eso era un engorro, que el dinero ya no era visible. La hipoteca, claro; y las inversiones, plazos y demás, porque, cómo podía tener sus ahorros parados, era una irresponsabilidad para con su futuro y sus hijos. Por algún incuestionable motivo el dinero perdía constantemente valor, y ahorrar no era sólo guardar, sino buscar rentabilidad, arañar, no quedarse quieto. Por último, rememoró la cara del empleado aquella mañana, su blanda sonrisa, sus preguntas insulsas sobre la familia mientras tecleaba, la seguridad con que se explicaba, el papeleo y, entre tanta cordialidad, una extraña sensación de cabo suelto sepultada entre alguna risa y frases vacías. El día en que el banco, invulnerable, decidió atracarlo definitivamente.



Publicado en el nº127 de la revista de humor on line "El Estafador", dedicado a los bancos a la deriva.


05 junio 2012

PUNTO DE RUPTURA

Punto de Ruptura, 1.997. Óleo sobre lienzo 64,4 X 49,5 cm. (Dieter Vampui, Hannover, 1935)



“La pintura de Vampui oscila en un equilibrio algo envenenado, siempre inquietante. Todo se mantiene en un orden estático, geométrico, como dimanado de un Estado pétreo, pero el aire siempre es gris y amenazante. El Viejo Orden nunca termina de caer, encierra los colores (la vida) en figuras rectangulares, bloques que parecen compartimentar el sentido de la existencia, las palpitaciones de cada uno. Esos colores se van destiñendo, desgastando imperceptiblemente, pero con demasiada lentitud. A pesar de todo, siempre hay una esperanza y un horizonte para el pintor alemán, puede ser un avión que parece un pájaro sin rumbo, un puente o un trozo de mar que respira entre rotundas verticalidades. Y también, como el título de este lienzo indica, un punto de colisión, de ruptura. Un lugar a partir del cual todo se irá destruyendo o regenerando”.






03 junio 2012

ORO

Odio el oro, su impronta, su peso que siempre ha decantado desigualdades. Esa promesa cegadora, sumidero de tantas almas, cercenadora de tantas posibilidades para la razón y el entendimiento entre los seres humanos.


Odio las tiendas de compraventa de oro. El estruendoso reclamo de sus fachadas, su agresivo gesto admonitorio en plan “Nunca cierro, siempre tengo un ojo abierto. Estoy esperando que caigas y vengas a darme lo que te queda, los recuerdos, la herencia, tu último recurso, el regalo que un día te emocionó. Tengo tiempo”. Odio sus ventanillas blindadas, el olor a desesperanza y frustración que irradia su silente presencia en mitad de una calle cabizbaja que pugna por sobrevivir. Y odio, sobre todo, la sensación que me dejan en la garganta de derrota colectiva, de haber perdido un partido en casa que desde siempre hubo de estar ganado. Lamento la suerte de los pequeños negocios a los que sustituyen de un día para otro, generalmente ilusionantes proyectos de autoempleo mil veces más imaginativos y modestos, numerosos núcleos generadores de diversidad y riqueza. Algo parecido me ocurrió con aquellos añosos comercios, emboscados por la ansiedad consumista que lamina todos los matices, que caían hace pocos años sustituidos de la noche a la mañana por inmobiliarias que han demostrado una capacidad suprema para desaparecer en el más absoluto silencio, dejando un rastro de espejismo y vacío. Espero que todos estos negocios que ahora proliferan dentro de poco no sean más que una pesadilla olvidada.

01 junio 2012

LA ÚLTIMA VEZ QUE SE VIO AL ARZOBISPO

El arzobispo, acallando los rumores sobre su padecimiento de la enfermedad de Alzheimer, tomó, tembloroso, la palabra desde el púlpito. Comenzó con ese aire melodioso y paternal de siempre; de su boca brotaban palabras que los fieles reconocían y ante las que asentían más por su rutinaria musicalidad que por su contenido. Pero poco a poco el volumen fue elevándose y el tono cambiando, volviéndose tan bronco como desesperado. Los feligreses se miraban entre carraspeos, y algunos curas empezaron a ir y venir por la catedral. Su ilustrísima hablaba y gesticulaba: “… Y no debemos permitir esa chorrada de que la fe sea algo íntimo, privado. Será una hecatombe. No podemos darles la opción de pensar ni decidir sin nosotros. ¿No veis que crecerán?, se sentirán seguros, tropezarán y se levantarán solos, encontrarán acaso la paz que sólo nosotros les prometíamos y nos abandonarán. No se volverán ateos, ni anticlericales que encienden mechas y nos acaban facilitando adhesiones; ni laicos convencidos que finalmente ceden, bautizan a sus hijos y les celebran la Primera Comunión para que no se sientan desplazados en el colegio. Es peor, serán personas libres. Con o sin fe, serán todos iguales en lo básico, observarán una ética común y su sentido moral no será arma arrojadiza. Buscarán en su interior y encontrarán, sea lo que sea, algo más valioso que nuestros sermones y, simplemente, se irán. ¿Qué haremos entonces?”.



Publicado en el nº125 de la revista de humor on line "El Estafador", dedicado a los curas.