04 octubre 2015

ANIVERSARIO DEL NÚMERO CERO

Con los adjetivos adormilados,  celebro
un nuevo aniversario del número cero.
Punteo de versos la nada,
buscando desesperado
a quien entregar mi palabra
mientras siento el eco de tu grito
extenderse por todo este universo sin voz.
Poso mi mano sobre la tierra mojada
sin atreverme a apretarla.
Arrastro como puedo la primera persona,
donde yace mi corazón
amargado por no encender la razón,
agotado de no ser exclamación
fuerte y resuelta,
puño en la mesa,
mano firme y acogedora.
Mientras, cuerdas tiran de mí
hacia el tibio centro de la mentira,
que acolcha la conciencia
frente a cualquier aldabonazo.
Llueve butano
de la mirada arrugada de los vecinos
que resbala tras la mirilla.
Las cucharillas
remueven la anestesia.
Mueren los minutos, desperdiciados
en ennegrecer el alma
acumulando callejones sin salida
en un continuo bostezo de aniquilación.
El miedo es ahora abominable soledad
de ilusión cercenada,
de asunto petrificado, de impunidad,
de llaveros y risas que dejan de tintinear
y teléfonos que nunca pararán de sonar
tras tu eco, en este universo sin voz.
Soledad de amordazados en el centro del mercado,
de televisión encendida en el cerebro
al volumen que requiere
su transfusión por cualquier ciudad,
convertidas todas ya en vetusto almacén
de fronteras, esquinas  y murmullos.
El carrusel del absurdo
siempre deja oír
entre titular y titular
entre fraude y mentira
la respiración del animal
que nos hocica el cuello de títere
y, una y otra vez,
el silencio impuesto de la resignación
levanta la inmensa pared del mundo
que encierra a cada cual
dentro de un falso abrigo,
en una calculada espiral de distancias
y olvidos.



(Este poema ha sido escrito con motivo del Quinto Encuentro de Escritores por Ciudad Juárez, celebrado el día 2 de octubre de 2015 en el Museo Casa de Los Tiros de Granada)

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