16 octubre 2015

MENSAJE EN UNA BOTELLA (29)

RAFAEL BERRIO “Paradoja” (Warner)


Rafael Berrio ha cumplido lo que hacía tiempo había prometido a sus amigos. Ha entregado un disco eléctrico, inmediato, que supone un importante viraje en su trayectoria, tras el celebrado díptico grabado junto a Joserra Senperena (“1.971 (2.010) y “Diarios” (2.013)). Pero la sorpresa inicial se atempera con las sucesivas escuchas, sustituida por el interés que produce apreciar que su lírica habitual (esos textos en ocasiones caudalosos y prolijos, tan precisos, narrativos y descriptivos) ha sufrido pocas alteraciones ante el empuje de las guitarras. Berrio gana en mordiente, pero sigue relatando sus canciones impasible en medio de la tormenta, con un cigarrillo en la mano. Poesía y espinas que remiten en primer término a The Velvet Underground



Electricidad serpenteante y subterránea sustituye a esa expresividad mecida anterior, al sigiloso fluir de matices perfumado de chanson que antes procuraban los arreglos de piano y cuerdas. Si sus canciones anteriores no llegaban a perder la sensación de desnudez, las actuales aparecen erizadas y lacerantes. Pero el donostiarra se maneja con maestría en este campo, que no es nuevo para él, y adapta perfectamente al nuevo hábitat ese inusual compendio de ironía, nihilismo y solemnidad que son sus composiciones. Cadencias a lo Lou Reed, latido urgente, crescendos flamígeros, recovecos; guitarras restallantes, percutantes y angulosas que remiten a ejercicios de noise-rock o sueltan esquirlas que lindan con el grunge. Una intensidad más esquemática que nunca que impulsa el gran calado de canciones como “Cambios a mansalva y decadencia”, “Mis ayeres muertos” o “Contra la lógica”.



Reseña publicada en el nº2 de la revista Lugares Comunes.

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