RAFAEL BERRIO “Paradoja” (Warner)
Rafael Berrio ha cumplido lo que hacía tiempo había prometido a sus
amigos. Ha entregado un disco eléctrico, inmediato, que supone un importante
viraje en su trayectoria, tras el celebrado díptico grabado junto a Joserra Senperena (“1.971”
(2.010) y “Diarios” (2.013)). Pero
la sorpresa inicial se atempera con las sucesivas escuchas, sustituida por el
interés que produce apreciar que su lírica habitual (esos textos en ocasiones
caudalosos y prolijos, tan precisos, narrativos y descriptivos) ha sufrido
pocas alteraciones ante el empuje de las guitarras. Berrio gana en mordiente,
pero sigue relatando sus canciones impasible en medio de la tormenta, con un
cigarrillo en la mano. Poesía y espinas que remiten en primer término a The Velvet Underground.
Electricidad
serpenteante y subterránea sustituye a esa expresividad mecida anterior, al
sigiloso fluir de matices perfumado de chanson
que antes procuraban los arreglos de piano y cuerdas. Si sus canciones
anteriores no llegaban a perder la sensación de desnudez, las actuales aparecen
erizadas y lacerantes. Pero el donostiarra se maneja con maestría en este
campo, que no es nuevo para él, y adapta perfectamente al nuevo hábitat ese
inusual compendio de ironía, nihilismo y solemnidad que son sus composiciones.
Cadencias a lo Lou Reed, latido
urgente, crescendos flamígeros, recovecos; guitarras restallantes, percutantes
y angulosas que remiten a ejercicios de noise-rock
o sueltan esquirlas que lindan con el grunge.
Una intensidad más esquemática que nunca que impulsa el gran calado de
canciones como “Cambios a mansalva y
decadencia”, “Mis ayeres muertos”
o “Contra la lógica”.
Reseña publicada en el nº2 de la revista Lugares Comunes.
No hay comentarios :
Publicar un comentario