11-02-1935: Fecha de nacimiento
de Eugene Vincent Craddock (Gene Vincent), en Norfolk (Virginia). Se trata de un
excelente ejemplo de aquella primera generación que, partiendo del country, rasgaba ansiosamente sus
límites a lomos del rhythm and blues. Un tipo ávido, epatante y frenético en el
escenario, a pesar (o por la peculiaridad) de la cojera que padecía en la
pierna izquierda, fruto de un accidente de motocicleta en 1955, que casi provoca
su amputación por debajo de la rodilla. Nacido en el seno de una familia muy
modesta, el perfeccionamiento de su manejo
de la guitarra durante su convalecencia hospitalaria le abrió un nuevo abanico
de posibilidades. Todo fue muy deprisa: al recibir el alta, recorrió todas las
emisoras de radio de la zona mostrando sus interpretaciones country, hasta ser
descubierto por el locutor Tex Davis de la WCMS. La aparición de Elvis Presley
en escena y su éxito fulgurante lanzó a las discográficas a la búsqueda de
intérpretes que les permitieran sacar tajada del mercado que él había
transformado. Por eso, Capitol lo ficha tras escuchar una maqueta de su clásico
por excelencia, “Be-bop-a-lula”, una composición cuya calidad nunca superó. La
autoría del tema fue acreditada inicialmente al propio Vincent, y al mencionado
Davis (que se cobró sus gestiones quedándose con la mitad de los derechos). La
figura de Donald Graves es controvertida: conoció a Vincent durante su
convalecencia hospitalaria y, según unas fuentes , fue autor de la letra y, según
otras, del tema entero; pagando Gene por hacerse con su autoría. Tras un
primer intento por parte de la compañía de grabarla en el estudio de Owen
Bradley en Nashville con músicos de sesión acompañando al cantante, como era
habitual, se llegó a la conclusión de que no acertaban a recrear su atmósfera
original, por lo que se les sustituyó por The Blue Caps. El resultado fue
novedoso, moderno, seductor; con el uso del eco sobre una anhelante voz que
trata de refrenar su urgencia natural, la precisa contención de un ritmo ajustado
y ondulante de escobillas, propulsadas por un Dickie “Be bop” Harrell de tan
solo quince años, o el sonido acendrado y chispeante de la guitarra. El single “Be-bop-a-lula/Woman love”
(Capitol), publicado el 6 de junio de 1956, fue uno de los éxitos esenciales del año. Por
cierto, en el Reino Unido, futura fuente de reconocimiento para Gene Vincent, la
BBC prohibió la difusión de “Woman love” por considerarla demasiado indecente.
Los miembros de la banda de Elvis
Presley escucharon la canción por la radio mientras viajaban a California para
reunirse con su jefe. Estaban tan seguros de haber reconocido la voz, que al
encontrarse con Elvis le reprocharon que hubiese grabado a sus espaldas. El
cantante tuvo que convencerlos de que la voz pertenecía a un tipo llamado Gene
Vincent. No muchos días después, Vicent coincidió con Elvis en la estación de
Pensilvania, en Manhattan, este se acercó para saludarle y felicitarle por el
éxito de “Be-bop-a-lula”, y a Gene no se le ocurrió otra cosa que balbucir una
especie de disculpa, tratando de explicarle que no era su intención copiarle. Elvis
le tranquilizó diciendo que sabía que ese era su estilo natural. Gene Vincent and
His Blue Caps formaron parte del gran elenco que participó en la película de 1956
“The girl can’t help it”, enjundiosa comedia de enredo que observa con ingenio el naciente mundo del rock and roll. La interpretación en pantalla de “Be-bop-a-lula” fue
determinante para su rápido éxito internacional. Cuando el filme se estrenó en
Inglaterra, en el verano de 1957, fascinó a un John Lennon de 16 años. La
influencia de Vincent, (uno de los estandartes del rockabilly, sobre todo con discos como “Bluejean bop!” (1956), “Gene
Vincent and His Blue Caps” (1957) o “Gene Vicent rocks! And the blue caps roll”
(1957)), en la adolescencia de posteriores miembros de significativos grupos
británicos de los sesenta es patente, sin olvidar el ascendiente sobre muchos músicos
del sonido pulido y cortante de su guitarrista, Cliff Gallup (Jeff Beck le
homenajeó explícitamente en su disco de versiones de Gene Vincent de 1993,
“Crazy legs”). Asimismo, fue influencia significativa de un joven rocker adolescente más tarde conocido
como Bob Dylan, cuando este tocaba los teclados en una banda de su instituto,
The Shadows Blasters. A Bobby también le gustaba imitar sus palmadas cuando
actuó brevemente como pianista junto a The Shadows, la banda de Bobby Vee.
Demasiado temperamental para
soportar el penoso trajín de la promoción y las entrevistas con buena cara,
difícil de moldear, fue víctima del viraje del mercado hacia sucedáneos de rock
and roll más pulcros y asimilables. Tras el decaimiento de su fama en Estados
Unidos se refugió en Inglaterra, donde sus discos eran adorados. Allí su
representante, Jack Good, explotó su imagen afilada de peligroso roquero embutiéndole
en cuero negro y exagerando la fama que le precedía (al igual que a sus Blue
Caps) de bebedor pendenciero y destructor de habitaciones de hotel. El 17 de
marzo de 1960 se presentó junto a Eddie Cochran en el Teatro Empire de
Liverpool. Debido al éxito de este concierto, Vicent (a pesar del accidente de
tráfico de1 17 de abril en Londres, en el que Cochran perdió la vida, y
que a él le dejó múltiples lesiones, empeorando ostensiblemente su herida en la
pierna) actuó el 3 de mayo del mismo año en el Liverpool Stadium, esta vez
teloneado por grupos locales. Gene Vincent, muleta en ristre, aceptó cumplir su
compromiso, que serviría como homenaje a su amigo fallecido. Los futuros Beatles, que andaban
por allí, pero no tuvieron la fortuna de subir aquel día al escenario,
versionaron habitualmente en sus primeros años la relectura de Vicent del
estándar jazzístico “Ain’t she sweet?” o su “Be-bop-a-lula”, con John cantando
y también imitando los movimientos escénicos del cojo Gene en alguna ocasión.
Dueño de una discografía errática, abandonó Capitol y se fue al sello Columbia
en 1963. Para 1964 el alcohol y el dolor habían destrozado una vida familiar
carne de tabloide. Tras una nueva operación, se mantuvo alejado de los
escenarios hasta 1969, año a partir del cual volvió a actuar sobre todo en
escenarios europeos, muy lejos de la primera fila, mientras se aferraba a la
seguridad del material country que grababa en EEUU. El 12 de octubre de 1971
falleció a causa de una úlcera sangrante en New Hall (California). Tenía solo
treinta y seis años de edad, pero parecía haber recorrido un camino muy largo. La
magnífica “Sweet Gene Vincent”, del primer elepé de Ian Dury en solitario, lo
recuerda con sumo cariño.
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