18-02-1977:
Fecha de publicación del primer elepé de The Damned, “Damned, Damned, damned” (Stiff
records). The Damned, uno de los grupos
fundamentales (aunque injustamente infravalorados), de la primera hornada de la
escena punk inglesa, fue el primero de ellos en grabar, tanto single como elepé.
Su primer sencillo, “New rose/Help!”, producido también por el inconmensurable
Nick Lowe, ya había aparecido en octubre de 1976 en la misma independiente que
su posterior álbum, la emergente Stiff de Jake Riviera, con una tirada de mil
copias, adelantándose en una semana al lanzamiento por parte de la topoderosa
EMI del single debut de Sex Pistols, “Anarchy in the UK". Por si fuera
poco, fue el primer grupo netamente punk en participar en un festival que al
menos intentara consagrarse al género: el European Punk Rock Festival de Mon de
Marsan, celebrado en Francia el 21 de agosto de 1976, y organizado por el dueño
del imprescindible sello Skydog, Marc Zermatti. Se trataba de su quinto
concierto, y fueron los únicos punk porque los Sex Pistols se cayeron, al
parecer por sus exigencias contractuales, y los Clash también, por solidarizarse
con aquellos, cosa que harían más de una vez, como veremos. También fueron los primeros en girar por
Estados Unidos, actuando en 1977 en la sala CBGB’s de Nueva York. Hasta llegar
a ese punto, Rat Scabies y Brian James llevaban un largo camino recorrido desde
sus inicios en 1974 con The Masters of the Backside, grupo que contaba nada
menos que con Chrissie Hynde como cantante. En 1975, Malcolm McLaren (con la
idea de transformarlos en una especie de The New York Dolls locales) les
propuso directamente convertirse en el primer grupo punk de Gran Bretaña, algo
que no cuajó, entre otras razones por los reparos que puso su siempre cabal
cantante. Tras su ruptura, la pareja formada por Scabies y James lo intentaron
con los fugaces (solo dos conciertos y algún ensayo grabado) London SS, donde
coincidieron, entre otros, con Mick Jones. En marzo de 1976, a la tercera fue
la vencida, ambos se unieron al bajista Ray Burns (Captain Sensible) y al
cantante Dave Vanian para formar The Damned. En un principio, Sid Vicious se
iba a encargar de la voz, pero (afortunadamente) no se presentó a la prueba y
el puesto terminó siendo para Vanian, que por aquel entonces trabajaba de
enterrador y atendió un anuncio del grupo. Tras la primera oleada punk, y con
la escena aún en su apogeo, el grupo decidió, en contra de sus intereses
económicos inmediatos, romper una cómoda inercia sonora levantando el pie del
acelerador en un segundo elepé, “Music for pleasure”, aparecido ese mismo 1977
y producido sorprendentemente por Nick Manson, batería de Pink Floyd; en un año
en que los Sex Pistols lucían camisetas que rezaban: “I hate Pink Floyd”. The Damned
siempre ha sido una formación muy libre, sin miedo a los virajes sonoros,
compuesta por músicos de marcada personalidad y gustos dispares que se
complementaban para enriquecer el conjunto. No muy interesados, como banda, en
asuntos políticos ni reivindicativos, siempre han ido a lo suyo, desde luego:
Malcolm McLaren les expulsó de la histórica y desastrosa gira “Anarchy in the
UK Tour”, por acceder a tocar en Derby cuando el ayuntamiento de la ciudad
retiró el permiso a Sex Pistols por los, no menos históricos, incidentes acaecidos
tres días antes en el programa “Today” de Bill Grundy (The Heartbreakers y The
Clash, claro, sí mostraron su solidaridad con los Pistols, negándose a tocar). Vanian
pronto amplió el guion estético, apareciendo maquillado en escena y disfrazado
de vampiro, anunciando una escena gótica en la que ellos encontrarían posterior
acomodo.
“Damned, Damned,
Damned” es un disco furioso, divertido, enérgico. Más veloz que lo que hacían
Sex Pistols o The Clash. Menos calculado, más excéntrico. Un trabajo bien
producido, dada la coyuntura sonora, sin desperdicio. Cargado de poderosas
canciones, entre las que “New rose” y “Neat, neat, neat” han pasado a la historia con la vitola de himnos
punk.
La portada ya dice mucho acerca
de las pretensiones de este trabajo. Es una foto del grupo que transmite jolgorio,
desenfado; y que fue el resultado de una sesión organizada por el fotógrafo
Peter Kodick que transcurrió de forma espontánea y relajada, con guerra de
tartas incluida, ya que Peter y su equipo aparecieron el día de la sesión con
pasteles y buen humor. De todas formas, la mayor curiosidad de la portada fue el
lanzamiento de las dos mil primeras copias del disco, en su edición inglesa,
con la foto de Eddie & The Hot Rods en la contraportada, enérgica formación
de las etiquetadas como pub-rock que
mantenía en aquel momento cierta rivalidad escénica con los emergentes punkis.
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