Reunión rutinaria de subjefes
ante mi corazón abierto:
ellos me humillarán,
yo te humillaré a ti.
Crac a la esperanza.
¿Eres de madera? Madera arde.
Sudor seco y lenguas rotas en trajes
que huelen a espera
sobre cuerpos desactivados,
brillando como lagartijas en huida
tras otra oportunidad perdida.
Y, buscando tu momento,
llegarás rodando al domingo,
ese cristal lleno de sol
que nunca acaba de romperse.
Si abres bien la boca volará una paloma
y vomitarás el lunes.
Publicado en el nº92 de la revista de microliteratura digital “Sea breve, por favor”.
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