5. “EN 1.957 YO YA ESTABA HASTA LA POLLA DE ANTONIO MOLINA”
Nacido el 1 de mayo de 1.955 en Avilés, de familia de abogados (“ya que
no puedo ser bueno voy a ser abogado”), fue un niño de esos llamados
conflictivos, llegando incluso a estar confinado en un colegio interno. Llegó a
Gijón a los quince años, procedente de Vitoria, donde había vivido con su
familia y tenido sus primeras experiencias con bandas desde los doce (un
verdadero “niñato psicodélico”, según sus propias palabras). Este descendiente
de la “nobleza arruinada”, cuando comenzó a tocar en orquestas de verbena
(entre ellas una denominada Los 7
Magníficos y después Los Magníficos),
en el imprescindible carnet de “Circo y variedades” para ejercer la profesión
de músico, aparecía en la categoría de “Niño Prodigio”. Estudió hasta 2º de
derecho, carrera que abandonó cuando el nervioso empuje del rock and roll lo
ocupó todo. El guitarrista aventajado que comenzaba a ser impartía incluso
clases del instrumento, teniendo entre sus alumnos a personalidades como Paco Loco, posterior miembro de Los Locos y Los Sangrientos, así como afamado productor indie.
En los años setenta, tras aventuras efímeras como Menta o Crac, la cosa
toma cuerpo con el trío Madson.
Formados en 1.977 por Jorge, su hermano Juan
(productor, técnico de sonido, después en Los
Ruidos) y David Alonso, luego
batería de Ilegales, veían cómo las
maquetas que mandaban a sellos tan en la onda como el madrileño Chapa, les eran devueltas. En esa
formación ya tocaban temas como “Soy un
macarra” o “Lavadora blues”
(compuesta alrededor de 1.971). En 1.979 se convierten en Metálicos (“Tiempos nuevos,
tiempos salvajes”, “El piloto”,
“Ángel exterminador”, que tuvo que
esperar prácticamente una década para ver la luz, en el momento oportuno de ser
revestida y arreglada convenientemente, y “Stick
de hockey”, se encuadran en esa época), y a finales de 1.980 toman el
definitivo apelativo de Ilegales,
momento en que sale Juan de la formación y se integra Iñigo Ayestarán (después en La Banda del Tren). En 1.981 en su repertorio
había ya temas como “Perjudicial”
(primer tema ensayado como Ilegales), aparecida diecisiete años después en “El apóstol de la lujuria” y la muy new wave “Desesperados”, la canción perdida de los Ilegales durante casi
treinta años, cuyo estribillo desembocó en “Me sueltan mañana”, siendo la primera mucho más inspirada, en mi
opinión. Ese mismo año ganan el concurso “Villa de Oviedo”, colocando tres
cortes en un recopilatorio compartido con otros tres grupos (“I Muestra Pop-Rock de Asturias” (SFA,
1.982)). Ahí aparecen “Princesa equivocada”, cadencia reggae que se vuelve pop en un estribillo inspirado;
“Europa ha muerto”, su primer tema
mítico publicado, muestra fehaciente de un estilo básico y vibrante que aún
tendría mucho margen de crecimiento: estribillos eficaces, riffs esquemáticos, coros concisos; y el twist “La fiesta ” que siempre ha merodeado su repertorio.
Meses
después comienza el despegue con el single “Revuelta juvenil en Mongolia”/”La pasta en la mano” (Arrebato): “ideal para lanzarlo a los transeúntes desde
el quinto piso”. En la primera cara “Revuelta juvenil en Mongolia”, el gran tema punk de Ilegales (en plan Pagans): delincuencia, sirenas,
cristales rotos, disparos y efectos sonoros de toda esa destrucción. Y qué
decir del reverso, que me atrapaba siempre desde las primeras notas, consiguiendo
emocionarme. Medio tiempo de trágica crónica social con una primera muestra de
lirismo amargo y esas partes nebulosas de guitarras que serán también marca de la casa. Tras grabar el primer elepé sale
de la banda Iñigo Ayestarán
(“prefería su novia al grupo”) y entra en su lugar Willy Vijande, todo un punk ex – Suybalen y Terlenka,
bajista mítico de la etapa más explosiva de la banda.
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