14. ALTA TENSIÓN Y PALABRAS INCANDESCENTES
Tres años más tarde, en plena travesía del desierto, fichan por Avispa y publican “El corazón es un animal extraño”, ya fuera de toda onda y circuito.
Un disco desigual, pero con momentos a reivindicar ya. Sonido más oscuro y
constreñido, notablemente endurecido y con todo el peso depositado en las
guitarras salvo puntuales y afortunadas emergencias del saxo de Juan Flores (se prescinde de los
teclados). Alejandro Blanco toma el
bajo para no dejarlo ya. El comienzo es fulgurante: “Mi sangre oculta un veneno” es ese tema soberbio que, escrito por
otro, viajaría en las maletas de más de un pinchadiscos a la última en música
negra. Le sigue una extraordinaria revisión de “El loco soy yo” de Los
Bravos, la primera versión que publican oficialmente (no en vano “Black is black” fue el primer disco de
Jorge). El tema que da título al CD abunda en ese espacio de reflexión tan suyo
que es el medio tiempo, esta vez tenso y duro, con sentimientos a flor de piel
y asfixiante coraza grunge, estilo
que destaca en la actitud declamatoria de temas como “La luz de las enfermedades oscuras” o “Lo único que consigo hacer bien es el mal” a la que creo que le sobra toda la parte “rap”. La inspiración aún
resplandece en “Enamorado de la sangre ajena” y, “En el parque de invierno”,
breve e inquietante respiro acústico, nos devuelve al Jorge de lirismo brumoso
y susurrante. Para su autor, aparte de su disco favorito, es el más literario,
y puede que sea cierto. No contiene sus mejores letras, pero todas están muy
trabajadas.
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